Sid y Nancy (1986)

“Sid and Nancy” (1987) no es una película para ser simplemente vista; es una experiencia visceral, un viaje al abismo de la autodestrucción que, a pesar de sus evidentes problemas, sigue siendo impactante y perturbadora. La película, dirigida por Peter Bogdanovich, se sumerge en la decadencia de la relación entre Sid Vicious y Nancy Spungen, la pareja central del punk rock Sex Pistols, y la transforma en un retrato crudo y sin concesiones de la locura y la desesperación.

La película, adaptada de la autobiografía de Sid Vicious, evita glamurizar la vida de punk. En cambio, se enfoca en la fragilidad emocional y la inestabilidad de ambos personajes. Pete Bradshaw, en su reseña original, acertadamente destaca la habilidad de Bogdanovich para construir una atmósfera de tensión constante. La película no se centra en los himnos ni en los conciertos, sino en las pequeñas discusiones, las amenazas, las peleas y la creciente sensación de estar al borde del precipicio. La dirección de Bogdanovich es precisa; utiliza planos cerrados para capturar la intensidad de las miradas y la agresividad de los gestos, evidenciando la incomunicación y la creciente hostilidad entre Sid y Nancy.

Las actuaciones son, en su mayoría, excepcionales. Credence Clearwater Revival – que en realidad es Warren Mitchell interpretando a Sid Vicious – ofrece una interpretación convincente como un joven descontrolado, impulsivo y atormentado por una profunda inseguridad. Su performance es, a veces, brutal y visceral, transmitiendo a la perfección la confusión y la ira que lo consumen. Nastassja Kinski, como Nancy Spungen, entrega una actuación igualmente impactante. Su interpretación es menos heroica que la de Sid, pero lo suficientemente fuerte para representar la vulnerabilidad y la desesperación de una joven atrapada en una relación tóxica. El contraste entre sus personajes, y la dinámica entre ambos actores, es uno de los pilares de la película.

El guion, adaptado del libro de Sid Vicious, es ambicioso y a veces, problemático. A pesar de ser una adaptación de una fuente primaria, carece de la profundidad psicológica que podría haber enriquecido la película. La narrativa a veces se siente apresurada, saltando entre escenas y eventos sin el tiempo necesario para desarrollar completamente las motivaciones y los sentimientos de los personajes. No obstante, la película logra capturar la sensación de caos y confusión que impregnaba la vida de Sid y Nancy, y la atmósfera general es palpable gracias a la fotografía de Caleb Templeton, que utiliza colores apagados y contrastes oscuros para reflejar la oscuridad que los rodea.

En definitiva, "Sid and Nancy" es una película difícil de digerir, pero también una experiencia cinematográfica potente y memorable. No es una biografía perfecta, ni una glorificación del punk, sino un retrato honesto y perturbador de una relación destructiva, marcada por la autodestrucción y el caos. Una película que persiste en la memoria, recordándonos la fragilidad de la vida y las consecuencias devastadoras de la obsesión y la pérdida de control.

Nota: 7/10