
Siempre hay una primera vez (2006)
(EN) · Comedia, Crimen, Drama · 1h 31m

Dónde ver Siempre hay una primera vez
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Sinopsis
Mini (Nikki Reed) es una joven y sexy rebelde, caprichosa y manipuladora, pero desesperada por escapar de su poco cariñosa madre (Carrie-Anne Moss), demasiado aficionada a las fiestas y la bebida. Simplemente por diversión, Mini decide trabajar como prostituta, así que se apunta a una agencia de acompañantes de la cual su padrastro (Alec Baldwin), un hombre muy rico, es cliente.
Ficha de la película
Mini's First Time
EN
Kevin Spacey, Dana Brunetti, Evan Astrowsky, Edward Bass
Reparto principal de Siempre hay una primera vez
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Siempre hay una primera vez.
Tráiler Oficial

Críticas de la película
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“Siempre hay una primera vez” es una película que, a primera vista, podría resultar excesivamente provocativa, y si bien lo es en parte, la sorpresa reside en que tras la fachada de una trama abiertamente erótica y centrada en el sexo, se esconde una reflexión incómoda sobre las dinámicas familiares disfuncionales y la búsqueda de identidad. La dirección de Christopher Smith logra un equilibrio precario entre el entretenimiento visual y una cierta sensibilidad hacia la protagonista, aunque a veces se inclina demasiado hacia lo explícito, diluyendo el impacto emocional.
Nikki Reed ofrece una interpretación convincente de Mini, una joven cuya rebeldía es, en gran medida, una máscara para ocultar un profundo dolor y una búsqueda desesperada de afecto. Su Mini es un personaje complicado, a la vez repulsivo y vulnerable, capaz de ser cruel y manipuladora, pero también de momentos de genuina angustia y necesidad de conexión. La química entre Reed y Alec Baldwin es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Baldwin, como el padrastro, aporta un matiz de complejidad a su personaje, un hombre rico que se ve atraído por la frivolidad y el placer, pero que también esconde heridas propias y, de alguna manera, intenta, sin saberlo, salvar a su hija. La actuación de Baldwin es sutil, pero efectiva, y demuestra su habilidad para interpretar personajes ambiguos y moralmente grises.
El guion, escrito por David Strate y Christopher Smith, es donde la película se pone a prueba. Si bien las conversaciones entre Mini y su padrastro son interesantes y reveladoras, en algunos momentos la trama se vuelve un poco forzada y la situación se vuelve exagerada. El ritmo es irregular, alternando escenas de tensión sexual con diálogos que, aunque pertinentes, podrían haber sido más profundos. La película aborda temas como el abuso, la codependencia y la dificultad de romper con el pasado, pero sin profundizar demasiado en las consecuencias emocionales de estas relaciones disfuncionales. Se siente, en ocasiones, como si la película se limitara a mostrar las situaciones, en lugar de explorar las motivaciones y el impacto psicológico de los personajes.
Sin embargo, la estética visual de la película es impecable. Las escenas nocturnas, saturadas de luces y colores vibrantes, transmiten una atmósfera de decadencia y deseo, mientras que la fotografía de David La Palma contribuye a crear un ambiente sensual y provocador. La banda sonora, compuesta por Matthew Gray Gubler, complementa a la perfección la atmósfera de la película, con piezas musicales que van desde el pop hasta la música electrónica, añadiendo intensidad a las escenas clave. La película, a pesar de sus fallos, logra generar cierta inquietud y provocación, invitando a la reflexión sobre las razones que nos llevan a buscar refugio en relaciones que, en última instancia, no satisfacen nuestras necesidades emocionales. Es un ejercicio de estilo, sin duda, pero que si bien no alcanza la excelencia, consigue despertar el interés del espectador.
Nota: 6/10
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