Sin escrúpulos (2014)

“Sin escrúpulos” (Unplanned) es, en su esencia, una película de suspense psicológico que, aunque carece de la sofisticación de algunos thrillers del género, logra generar una atmósfera de tensión palpable y un inquietante descenso a la locura. La película nos presenta a Terri, interpretada con una naturalidad sorprendente por Naomi Watts, una mujer aparentemente normal atrapada en una situación que se torna cada vez más surrealista y aterradora. Watts ofrece una actuación sutil pero contundente, transmitiendo la creciente paranoia y el miedo de su personaje de manera efectiva, sin caer en excesos dramáticos.

La trama, basada en hechos reales, se centra en el inesperado encuentro de Terri con Colin, un ex-convicto que necesita su ayuda. La premisa es simple y efectiva: una persona solitaria se ve envuelta en un complot que va mucho más allá de lo que imaginaba. El guion, aunque a veces simplista en su ejecución, consigue mantener al espectador enganchado gracias a la atmósfera opresiva que se construye lentamente. No se apura en revelar todos los secretos, lo que permite que la tensión se acumule progresivamente, culminando en escenas de auténtico terror visceral. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de una mayor profundidad en el desarrollo de los personajes secundarios, quienes, en gran medida, permanecen en un segundo plano, relegados a roles meramente funcionales para la trama principal.

La dirección de Michael Petrie es precisa y enfocada. Se centra en la incomodidad visual, utilizando la paleta de colores y la composición de los planos para reflejar el estado mental de Terri. La iluminación juega un papel fundamental, con sombras alargadas y una paleta predominante de tonos grises y ocres que transmiten una sensación de peligro inminente. Las escenas nocturnas, especialmente, son inquietantes y evocadoras, y contribuyen significativamente a la atmósfera general de la película. La banda sonora, aunque no sobresaliente, es funcional, acompañando las escenas de tensión con melodías inquietantes.

A pesar de sus deficiencias, “Sin escrúpulos” es una película recomendable para aquellos que disfrutan del terror psicológico y las historias de suspense basadas en hechos reales. Es cierto que el ritmo es pausado y que la complejidad de los personajes es limitada, pero la película logra crear una experiencia cinematográfica inquietante y memorable. El final, aunque abierto a interpretación, deja al espectador reflexionando sobre la fragilidad de la realidad y la facilidad con la que la cordura puede desmoronarse. El conflicto central entre la percepción de la realidad de Terri y la del mundo exterior es lo que realmente sostiene la película. Es un thriller que te mantiene en vilo hasta sus últimas escenas.

Nota: 7/10