Sin límites (2011)

“Sin límites” (Limitless) es un thriller psicológico con un aire de ciencia ficción que, a pesar de no alcanzar la grandilocuencia que sugiere su premisa, logra resultar sorprendentemente entretenido. La película, dirigida por Neil Burger, se centra en la historia de Eddie Morra (Bradley Cooper), un escritor con talento pero varado en la mediocridad, atrapado en un ciclo de adicciones y desilusiones. La llegada de una píldora experimental, NZT-48, le promete desbloquear su potencial intelectual y creativo, catapultándolo a la cima del éxito en el despiadado mundo de Wall Street. La propuesta, en principio, llama la atención por su potencial para explorar la naturaleza del cerebro y el impacto de la droga en la psique humana.

Cooper ofrece una actuación impecable. Su transformación, desde la figura frustrada y melancólica hasta el Eddie Morra brillante y, a veces, inquietante, es gradual y convincente. Logra transmitir la ambivalencia del personaje: la euforia del descubrimiento y la inevitable sensación de desorientación que acompaña a la pérdida de control. De Niro, como el poderoso financiero Erik Tseng, aporta un peso considerable al drama, encarnando la ambición desmedida y la paranoia del hombre que busca entender el secreto del éxito de Morra. La química entre Cooper y De Niro es palpable, generando tensión y un sentido de urgencia en la trama.

Sin embargo, el guion, aunque sólido en su planteamiento inicial, presenta algunos fallos. La rapidez con la que Eddie se adapta a la nueva realidad y asciende en Wall Street puede resultar algo inverosímil, incluso para un thriller. La película se centra demasiado en la descripción del éxito y el glamour, relegando a un segundo plano la exploración profunda de las implicaciones éticas y psicológicas de NZT-48. Los momentos de suspense son ocasionales y, en general, la película se apoya en la acción y el drama para mantener el interés del espectador. Además, la ambientación de Nueva York, aunque cuidada, no se convierte en un personaje en sí misma. El film se beneficia de una fotografía atractiva y un diseño de sonido que enfatizan la sensación de agitación y confusión que caracteriza al protagonista.

No obstante, “Sin límites” logra generar una experiencia cinematográfica satisfactoria. La banda sonora, evocadora y llena de cambios bruscos, refuerza la idea de la alteración mental. La película plantea preguntas interesantes sobre la naturaleza del talento, la ética del éxito y la vulnerabilidad de la mente humana. Aunque no es una obra maestra, su ritmo dinámico y sus actuaciones destacadas, especialmente la de Bradley Cooper, la convierten en un entretenimiento sólido que invita a la reflexión, al menos durante su duración. Es un thriller que, más allá de la ciencia ficción, explora la fragilidad del ser humano y la búsqueda de la identidad.

Nota: 6.5/10