Sin rodeos (2018)

“Sin rodeos” es, en su esencia, una curiosa apuesta por la comedia española que se presenta como un remake del exitoso “Sin filtro” del director chileno Nicolás López. A pesar de la expectativa generada por la dirección de Dani Mateo, un nombre ya consolidado dentro de la comedia con la saga “Torrente”, la película se muestra como un esfuerzo interesante, aunque no del todo pulido. Mateo busca explorar la vulnerabilidad y la crisis existencial a través de un mecanismo absurdo y visualmente atractivo: la transformación de Paz, interpretada con honestidad por la actriz María José Mauleón, en una mujer radicalmente “sin filtro”.

La premisa, aunque descabellada, ofrece un marco para explorar la frustración y la insatisfacción con la vida moderna. Paz, interpretada con una palpabilidad que trasciende la simple comedia, muestra una sensación de vacío que la lleva a buscar una solución, o al menos una vía de escape, en la consulta de Amil Narayan, un sanador con un aire místico y un carisma que, sin duda, atrae. La actuación de la actriz es uno de los puntos fuertes de la película. Mauleón logra transmitir con convicción el desgaste emocional y la desesperación de Paz, sin caer en estereotipos femeninos fáciles. Su evolución a lo largo de la trama es, en definitiva, lo que ancla a la película a un terreno más serio y humanamente resonante.

El guion, escrito por Mateo y Pablo Semino, carece, en ocasiones, de la sutileza necesaria para justificar la locura que se despliega. Algunas situaciones se sienten un poco forzadas, y el ritmo, a pesar del inicio prometedor, se ralentiza en el desarrollo de la segunda mitad. Sin embargo, la dirección de Mateo, aunque con algunos momentos de exceso, logra mantener el interés del espectador, utilizando un diseño de producción cuidado y un humor visual que compensa, en parte, las fallas del guion. La paleta de colores vibrante y la estética particular de la película la hacen visualmente atractiva, aunque a veces un poco recargada.

La película no intenta imitar la original a pie juntillas. Si bien la idea central es similar, “Sin rodeos” se distancia de su modelo chileno al profundizar en la psicología del personaje principal, explorando no solo la pérdida del control, sino también las raíces de su insatisfacción. El tema del agotamiento emocional, el peso de las expectativas sociales y la búsqueda de la autenticidad son temas que resuenan en la audiencia contemporánea. Aunque la comedia no siempre cumple con el objetivo de generar risas estrepitosas, ofrece momentos de humor inteligente y situaciones embarazosas que se quedan grabadas. El giro final, aunque predecible, aporta un cierre satisfactorio a la historia.

Nota: 6.5/10