“Sir Billi” es una propuesta cinematográfica inusual, un torbellino de acción y humor con una premisa tan descabellada que, al principio, puede parecer un ejercicio de absurdo. Sin embargo, la película, dirigida con una energía desbordante por David McDougall, se revela como una pequeña joya, una historia de valentía, lealtad y, sí, skateboarding, que sorprende por su originalidad y su capacidad para entretener a pesar de sus evidentes limitaciones técnicas.
El corazón de la película reside en el personaje de Sir Billi, interpretado con una intensidad genuina por David Warner. Warner, un actor con una larga trayectoria, aporta una fisura de vulnerabilidad a este veterano veterinario de circo, un hombre que ha visto el mundo y, aparentemente, ha perdido la fe en la justicia. Su Sir Billi no es un héroe tradicional; es un hombre cansado, atormentado por el pasado, que se ve obligado a redescubrir su espíritu de lucha para proteger a Bessie Boo, una castora indetectable que ha convertido la vida de la zona rural en un caos. La actuación de Warner es fundamental para que la historia funcione, ya que su interpretación transmite tanto la amargura de un hombre derrotado como la llama que aún persiste en su interior.
La dirección de McDougall se distingue por su estilo visual, rápido y dinámico. Las escenas de acción, coreografiadas con una precisión sorprendente para un proyecto de bajo presupuesto, son visualmente estimulantes. La película juega con la paleta de colores, utilizando la luz natural y la atmósfera rural para crear un ambiente creíble, a pesar del componente fantástico. Sin embargo, la producción en sí misma es un punto débil. La fotografía no siempre es impecable, y algunos efectos especiales carecen de la sofisticación que se esperaría en un film de acción, aunque esto, paradójicamente, contribuye al encanto particular de la película.
El guion, escrito por McDougall, es el elemento más ambiguo. A veces, el diálogo es torpe y la trama se vuelve un poco dispersa, especialmente en el desarrollo de algunos personajes secundarios. Sin embargo, la película compensa estas deficiencias con su enfoque en la acción y la aventura. La idea de un veterinario luchando contra la policía y la nobleza para salvar a una castora es inherentemente divertida y ofrece un espacio para la improvisación y el humor negro. La película no pretende ofrecer una narrativa compleja; se limita a ofrecer un espectáculo de acción y aventura con una premisa provocadora.
En definitiva, “Sir Billi” es una película peculiar y disfrutable. No es una obra maestra, ni pretende serlo. Sin embargo, es un proyecto ambicioso que destaca por su originalidad, su humor y la energía que emana de cada fotograma. Es un testimonio de la pasión de sus creadores y una invitación a desconectar de la realidad y sumergirse en un mundo de acción y aventura absurdo. Una experiencia cinematográfica distinta que no dejará indiferente al espectador.
Nota: 6.5/10