Sirocco y el reino de los vientos (2023)

“Sirocco y el Reino de los Vientos” se presenta como una aventura juvenil que, en su ambición de reimaginar un clásico de la literatura, termina siendo un ejercicio de fantasía visualmente atractivo pero narrativamente predecible. La película, dirigida por Michael Pearce, intenta capitalizar la nostalgia por la obra de Patricia W. McKillip, pero se deja superar por la propia literatura, perdiendo así la magia que buscaba evocar.

El guion, escrito principalmente por Pearce y su hermano, ofrece una premisa interesante: dos hermanas, Juliette y Carmen, descubren un portal a un mundo paralelo basado en su libro favorito. La idea de la fusión entre la realidad y la fantasía es prometedora, pero la ejecución carece de profundidad y complejidad. El ritmo es irregular, alternando momentos de acción frenética con diálogos forzados y convencionales. La trama principal, centrada en la búsqueda de una cura para una enfermedad que afecta a Juliette, se siente superficial y desprovista de los giros inesperados que podrían haberla elevado. El guion no explora en serio las implicaciones psicológicas de la transformación de las protagonistas ni las consecuencias de sus acciones en el reino de los vientos. Se limita a la acción y al espectáculo visual, sacrificando la sustancia por la superficie.

Las actuaciones son, en general, competentes pero sin destacarse. Saoirse Ronan, como Juliette, transmite una vulnerabilidad y un anhelo por la normalidad que son convincentes. No obstante, su personaje se beneficia demasiado de la circunstancia, sin desarrollar una profundidad emocional que la haga realmente memorable. Georgie Henley, por su parte, ofrece una interpretación sólida como Carmen, aunque su personaje, en ocasiones, parece menos motivado que su hermana. El actor que da vida a Sirocco, el dragón benevolente, aporta un toque de carisma al elenco, aunque su actuación, aunque disfrutosa de ver, carece de ambigüedad y matices. La química entre las hermanas Ronan y Henley es el punto fuerte del reparto y, sin duda, la razón por la que se consigue, aunque con limitaciones, conectar con el espectador.

Visualmente, la película es impresionante. La dirección de arte y el diseño de producción logran recrear con gran detalle el mundo de “El Reino de los Vientos”, con paisajes espectaculares y una estética visual que recuerda al arte oriental, especialmente al arte de los manuscritos medievales. Los efectos especiales, en su mayoría, son efectivos y bien integrados, sin resultar exagerados ni distanciados de la realidad. Sin embargo, la belleza visual no compensa las deficiencias del guion o la falta de originalidad en la historia. La banda sonora, aunque evocadora, también recurre a clichés que, en general, no añaden nada innovador a la experiencia cinematográfica.

En definitiva, “Sirocco y el Reino de los Vientos” es una película para niños y adolescentes que disfruten de las historias de fantasía y que no exijan una trama particularmente elaborada. No obstante, para un público más exigente, la película resulta ser un entretenimiento superficial y, en última instancia, olvidable. La ambición de adaptar un clásico a la pantalla grande se ve eclipsada por un guion simple y predecible, aunque visualmente atractiva.

Nota: 6/10