‘Skylines’ es una película que, a primera vista, promete un espectáculo de acción y un thriller de ciencia ficción con toques de suspense. Sin embargo, tras un análisis más profundo, resulta ser una experiencia desigual, plagada de promesas incumplidas y momentos de genuina mediocridad. El concepto de híbridos alienígenas que ya coexisten pacíficamente con la humanidad y una amenaza biológica que los transforma en depredadores es interesante, pero el guion no logra desarrollar este premisa con la profundidad que merece, optando por clichés y decisiones narrativas poco inspiradas.
La dirección de Michael Ritchie, aunque competente, carece de la audacia y el pulso visual que podríamos haber esperado de una película de este tipo. Se centra demasiado en las secuencias de acción, que son, en general, bien coreografiadas y visualmente satisfactorias, pero carecen de un propósito narrativo convincente. Hay una falta de imaginación en la forma en que se presentan los entornos alienígenas – paisajes desolados y artificiales que, en su mayoría, recuerdan a escenarios de películas anteriores del género. Las escenas de combate son estilizadas pero, en última instancia, no logran generar una sensación real de peligro o de amenaza para los personajes. El ritmo es desigual, con periodos de tensión artificial y otros de calma innecesaria.
El reparto, liderado por una Rose Corley interpretada por Jessica Alba, no logra sacar el máximo provecho de los personajes que se les han asignado. Alba ofrece una actuación funcional, pero le falta la chispa necesaria para transmitir la determinación y el peso emocional que la situación exige. El resto del equipo de mercenarios es, en su mayoría, un conjunto de estereotipos: el veterano cínico, el experto en tecnología, el músculo y la chica con un pasado oscuro. Ninguno de ellos consigue dejar una impresión duradera. La relación entre Corley y el personaje de un mercenario interpretado por Brendan Gleeson, cuyo pasado se revela gradualmente, es quizás el punto débil del guion, careciendo de la profundidad y el desarrollo emocional que merecía.
Uno de los mayores fallos de 'Skylines' reside en su diálogo, que es a menudo torpe y expositivo. Se reciclan frases hechas y explicaciones innecesarias, impidiendo que el espectador se sumerja en la historia. La película intenta abordar temas como la xenofobia y la coexistencia, pero lo hace de una manera superficial y poco reflexiva. Se limita a presentar estos temas como elementos decorativos de la trama, sin explorarlos en profundidad. El final, en particular, es abrupto y decepcionante, dejando muchas preguntas sin respuesta y sin ofrecer una resolución satisfactoria.
A pesar de sus defectos, 'Skylines' ofrece algunos momentos de entretenimiento visual, especialmente en las escenas de acción. No obstante, la película no logra superar su falta de originalidad y su guion débil. Es una película olvidable que no deja una impresión significativa y que se pierde rápidamente en el mar de otras películas de ciencia ficción bélica.
Nota: 5/10