“Nuestros Slackers” es una comedia adolescente que, a pesar de su aparente simplicidad y su abundancia de clichés, logra resultar sorprendentemente entretenida gracias a su dinamismo y a un toque de desesperación que le otorga una inquietante dimensión. La película, dirigida con un estilo visual ágil por Alex Lehmann, no intenta ser una obra maestra cinematográfica, pero sí consigue ofrecer un rato ligero y divertido para aquellos que busquen una escapada sin pretensiones.
Devon Sawa, como Dave, ofrece una actuación convincente. Su caracterización del joven privilegiado, ligeramente arrogante pero con un corazón que se ve afectado por la presión académica y el chantaje, es creíble y genera cierta empatía en el espectador. Los secundarios, incluyendo a Jared Maronna (Jeff) y Noah Segal (Sam), también cumplen con su papel, aportando un dinamismo que compensa la falta de desarrollo profundo de sus personajes. Sin embargo, la película se beneficia enormemente de la presencia de Jordana Spieth como Angela, cuya inocencia y vulnerabilidad contrasta a la perfección con las artimañas de los “slackers”. Spieth aporta una calidez y una sinceridad que elevan el tono general de la película.
El guion, aunque predecible en su trama, se beneficia de un ritmo frenético que mantiene al espectador enganchado. Los diálogos son, en su mayoría, ingeniosos y cargados de humor, aunque algunos momentos se inclinan hacia lo burdo. La dirección aprovecha al máximo el formato de cámara rápida y las transiciones vertiginosas, creando una atmósfera de caos y urgencia que se alinea perfectamente con la situación de los personajes. La premisa de la estafa elaborada y el chantaje añade un componente de suspense a la comedia, y la resolución, aunque convencional, es satisfactoria y culmina de forma inesperada.
En definitiva, “Nuestros Slackers” es una comedia adolescente que, si bien no destaca por su originalidad, compensa su falta de profundidad con su dinamismo, su ritmo vertiginoso y sus buenas actuaciones. Se trata de una película que cumple su cometido: entretener y ofrecer una escapada divertida, sin ambiciones de trascendencia. La película logra, a pesar de sus defectos, captar la esencia de la adolescencia, con sus miedos, sus ambiciones y sus relaciones sociales complejas. La elección de la música, moderna y pegadiza, contribuye también a crear la atmósfera juvenil deseada. En definitiva, es una película que se disfruta de forma espontánea y sin demasiadas pretensiones.
Nota: 7/10