Slither: La plaga (2006)

“Slither: La plaga” es una película que se ancla firmemente en el género del terror gore y la comedia negra, y aunque no alcanza la grandeza de otros exponentes del subgénero, ofrece una experiencia visceral y sorprendentemente entretenida. La película, dirigida por Dan Farmer, decide abrazar lo absurdo desde el primer momento, presentando un pueblo americano idílico que, por debajo de su fachada de normalidad, se ve envuelto en una plaga de criaturas grotescas y horribles. Este contraste inicial – la aparente tranquilidad frente a la creciente degeneración – crea un ambiente inquietante y perturbador que funciona bastante bien.

La dirección de Farmer logra establecer un tono constante de tensión y horror. La película se basa mucho en el *slow burn*, construyendo gradualmente la sensación de malestar a través de pequeños detalles y la creciente desesperación de los habitantes de Wheelsy. Las escenas de gore, aunque explícitas, están bien coreografiadas y no se convierten en una mera exhibición gratuita. Se utilizan para amplificar el terror y la sensación de invasión, enfatizando la pérdida de control y la vulnerabilidad de los personajes. Sin embargo, la película carece de un ritmo narrativo sólido en algunos momentos, permitiendo que la tensión se resista a veces. La ambientación es excelente; el pequeño pueblo americano, con sus calles empedradas y su arquitectura de estilo sureño, se convierte en un personaje más, y el uso de la luz y la sombra contribuye a la atmósfera opresiva.

El reparto, liderado por Kevin Bacon, entrega interpretaciones sólidas. Bacon, como el sheriff Bill Pardy, equilibra con maestría el humor negro y la seriedad necesaria para el papel. Su personaje es el núcleo de la película, y su evolución a medida que se enfrenta a la plaga es convincente. Elizabeth Banks, como Starla, aporta un contrapunto cómico y una fuerza vital al grupo. El resto del elenco, principalmente actores locales, también cumplen su función con modestos, pero efectivos, resultados. Sin embargo, algunas de las actuaciones son algo exageradas, lo que podría restar credibilidad a ciertas escenas, especialmente aquellas de mayor impacto.

El guion, escrito por Dan Farmer y Eric Goldblum, es donde la película más notablemente fallará. Si bien la premisa es original y tiene potencial, la ejecución resulta a veces torpe y predecible. El desarrollo de la trama se vuelve confuso en algunos puntos, y algunos personajes se introducen sin una justificación clara. Los diálogos, en general, son funcionales, pero carecen de la chispa que podría haber elevado la película. La trama subestima el potencial de la monstruosidad, optando por un enfoque más cómico y absurdo que no siempre funciona a favor de la tensión. La resolución, aunque sorprendente, es un poco abrupta y no explora completamente las implicaciones de la plaga.

En definitiva, "Slither: La plaga" es una experiencia cinematográfica peculiar y, en ocasiones, divertida. Aunque no es una obra maestra del terror, su premisa original, las actuaciones sólidas y las escenas de gore impactantes la convierten en una película recomendable para aquellos que buscan una alternativa al terror convencional. Es un homenaje, quizás un poco exagerado, a las películas de terror B, y logra un equilibrio que, aunque no perfecto, resulta agradable.

Nota: 6/10