Smile 2 (2024)

“Smile 2” se presenta como una expansión tematicamente ambiciosa y, en gran medida, exitosa de la inquietante premisa que catapultó a “Smile” al estrellato del terror. La película, dirigida por Parker Finn, no busca reinventar la rueda, sino profundizar en la psique fracturada de Skye Riley (Rosa Salazar), la cantante protagonista, y explorar las consecuencias a largo plazo de la entidad sobrenatural que la atormentó en el primer filme. La trama se desarrolla en un ambiente de tensión palpable desde los primeros minutos, aprovechando el claustrofóbico espacio de un foro de debate online, donde la protagonista intenta reconstruir su vida y su carrera musical después de un trauma devastador.

La dirección de Parker Finn es segura y eficiente. Aunque el ritmo puede sentirse algo irregular en algunos momentos, especialmente en las escenas que se centran en la construcción de la trama, logra mantener la incomodidad y el suspense presentes en su predecesora. La película juega sutilmente con las expectativas del espectador, alternando entre secuencias de horror puro y momentos más contemplativos que buscan generar un aura de inquietud existencial. Finn sabe que el verdadero terror reside en lo inefable, en aquello que no se puede explicar o comprender completamente, y se apoya en esta estrategia para desestabilizar al público. La utilización del color y la iluminación contribuye significativamente a la atmósfera opresiva que impregna la película, empleando contrastes oscuros y saturaciones intensas para resaltar la angustia de la protagonista.

Rosa Salazar ofrece una actuación convincente, transmitiendo con maestría el miedo paralizante y la desesperación de Skye. Su interpretación, marcada por una expresión facial sutil pero poderosa, es el corazón de la película. El resto del elenco, con figuras como Kevin Corrigan y Gillian Anderson, cumple su función con solidez, aportando credibilidad a la narrativa. Sin embargo, la película a veces se ve eclipsada por las actuaciones excesivamente teatrales de algunos personajes secundarios, lo que puede restar fuerza a ciertas escenas.

El guion, aunque se basa en la premisa de “Smile”, introduce nuevos elementos y complicaciones que, en su mayoría, resultan interesantes. La trama se extiende más allá del trauma inicial, explorando la influencia de las redes sociales, la presión mediática y la manipulación de la fama. No obstante, algunas de las subtramas se sienten un poco forzadas y carentes de la profundidad que se esperaba, particularmente la del personaje interpretado por Clancy Brown. La película, en general, recurre a jump scares ocasionales, que, si bien pueden ser efectivos en ciertos momentos, se convierten en un recurso demasiado recurrente y, en consecuencia, menos impactantes a medida que avanza la película. La inteligencia artificial, presente en las interacciones online, añade una capa adicional de inquietud y dilemas éticos a la trama.

En resumen, "Smile 2" es una secuela que, aunque no alcanza las alturas del original, consigue mantener el terror psicológico y la atmósfera perturbadora. Si bien posee algunos fallos de guion, la dirección segura y la actuación sólida de Rosa Salazar son suficientes para que la película sea una experiencia digna de ser vista por los aficionados al género.

Nota: 7/10