“Touch” (2022) es una película que, en el fondo, explora la añoranza, el duelo y la búsqueda de respuestas a un pasado que nos consume. La dirección de Robert Zembilnetz es, en su mayoría, contemplativa, priorizando la atmósfera y el estado emocional de los personajes por encima de un ritmo frenético. Zembilnetz, conocido por sus trabajos en la fotografía de series como “The Leftovers”, imprime una estética visual exquisita, dominada por el gris y el azul, que refuerza la sensación de melancolía y de un tiempo que se desvanece. El uso de la fotografía es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, creando imágenes memorables que evocan la sensación de un sueño crepuscular. No obstante, a veces la lentitud, si bien necesaria para construir la tensión emocional, puede sentirse como una excusa para la falta de acción y de desarrollo de la trama principal.
La película se centra en Kristofer, interpretado magistralmente por Alicia Vikander. Vikander ofrece una actuación sutil pero poderosa, transmitiendo la desesperación y la vulnerabilidad de un hombre atormentado por la pérdida y la incertidumbre. Su Kristofer es un personaje complejo y profundamente humano, un hombre que se debate entre el pragmatismo y el deseo irracional de saber la verdad. La actuación de Vikander no es simplemente la de un protagonista emocional, sino la de alguien que lleva consigo el peso del pasado y la carga de un misterio que amenaza con destruirlo. Se nota un esfuerzo por parte de Vikander por ir más allá del simple rol, ofreciendo una profundidad psicológica que es, con permiso, superior a la que se esperaría de una película con este presupuesto. Además, la química entre Vikander y la actriz japonesa, Yumi Jeong, que interpreta a la novia desaparecida, es palpable, alimentando la sensación de que la historia de amor, aunque fragmentada por el tiempo y la distancia, aún conserva una fuerza innegable.
El guion, escrito por Zembilnetz y Peter Knox, es lo que más cuestiona a esta película. Si bien la idea central – un viaje en el tiempo para resolver un misterio de amor – es intrigante, la ejecución carece de la fuerza y la complejidad que merece. La trama avanza a un ritmo extremadamente lento, y los elementos de ciencia ficción, aunque presentes, se integran de forma torpe y poco convincente. La película se concentra en el proceso de búsqueda más que en la resolución del misterio en sí mismo, lo que puede resultar frustrante para el espectador. El uso de la memoria como herramienta narrativa es interesante, pero a menudo se siente forzado y carente de sustancia. La película plantea preguntas sobre la naturaleza del tiempo y la memoria, pero no ofrece respuestas satisfactorias. El dilema del viaje en el tiempo, el intento de recuperar un pasado perdido, es visualmente hermoso, pero el guion no logra dar vida a las implicaciones emocionales o filosóficas que plantea.
En definitiva, "Touch" es una experiencia visualmente impactante que, desgraciadamente, no está respaldada por un guion sólido. Aunque Alicia Vikander brilla con creces en su papel, la película no logra trascender su propia lentitud y su falta de una historia convincente. Es una exploración emocional que se queda corta en su ejecución, y un buen ejemplo de cómo la estética visual, por sí sola, no puede compensar una narrativa débil. Es un film con un gran potencial, frustrado por la falta de un guion más pulido y una dirección más audaz.
Nota: 6/10