“¡Socorro! Ya es Navidad” (National Lampoon's Christmas Vacation) es, en esencia, un metatexto sobre el ideal de la Navidad perfecta y el doloroso contraste entre la intención y la realidad. Las comedias familiares de la época dorada del cine de Hollywood a menudo presentaban la felicidad familiar como un punto de anclaje, un estado de gracia inalcanzable. Esta película, sin embargo, se burla con elegancia y una sorprendente dosis de humor negro de esa pretensión, abrazando el caos y el fracaso como el núcleo de la experiencia navideña. Steve Martin, en el papel de Clark Griswold, es simplemente brillante. No es el típico héroe de acción; su Clark es un hombre adorablemente torpe, impulsado por un deseo sincero de complacer a su familia, pero completamente incapaz de controlar sus propias motivaciones o de anticipar las consecuencias de sus acciones. Su torpeza no es simplemente graciosa, es fundamental para la dinámica de la película y genera situaciones que son tanto hilarantes como profundamente entrañables.
La dirección de Rusty DeNovella y Jonathan Levine, aunque no es particularmente innovadora visualmente, es efectiva en su manejo del ritmo y en la creación de la atmósfera de desastre. Se centra en la inmediatez de los problemas, en la acumulación de incidentes que, en conjunto, generan un estado de pánico cómico. La película no se esfuerza en ofrecer soluciones brillantes a los problemas de Clark, sino que se deleita en su incapacidad para resolverlos, permitiendo que el público sea testigo del desastre en tiempo real. Esta estrategia, junto con el diseño de producción impecable que recrea la típica casa de las vacaciones americanas, contribuye a una inmersión total en la locura del evento.
El guion, coescrito por diferentes autores, es un laberinto de chistes y situaciones absurdas. La película es consciente de su propio cliché, abrazando la comedia física y los diálogos exagerados, pero logrando mantener el ritmo y el interés a lo largo de sus casi dos horas y media. Las actuaciones secundarias son igualmente destacadas. Eddie Murphy como Mugsy Drevin, el contratista, es un icono de la comedia, y su interpretación está llena de matices y momentos memorables. La dinámica entre Clark y su esposa, Ellen, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, añade una capa de realismo y humor a la historia.
Lo que distingue a "¡Socorro! Ya es Navidad" de otras comedias navideñas es su honestidad. No intenta pintar una imagen idealizada de la Navidad, sino que explora las frustraciones, las tensiones familiares y la inevitabilidad del caos que puede surgir durante las vacaciones. La película recuerda, con una sonrisa, que a veces, lo más importante no es la perfección, sino estar juntos, a pesar de los desastres. Es una celebración de la imperfección y una lección sobre la importancia de reírse de uno mismo. Y, para ser sinceros, es un festín visual para los amantes de la comedia navideña. Es un clásico atemporal que sigue siendo tan divertida hoy como lo fue en su estreno.
Nota: 8.5/10