Sol Naciente (1993)

“Sol Naciente” (Rising Sun) es una película que, a primera vista, se presenta como un thriller de crimen sofisticado ambientado en el glamuroso y peligroso panorama de Los Ángeles. Sin embargo, tras una inicial y envolvente trama de asesinato, se revela como una obra compleja y, en muchos sentidos, inquietante, que va mucho más allá de las típicas convenciones del género. La película, adaptada de la novela de Michael Crichton, no solo entreteje un misterio de asesinato que mantiene al espectador enganchado, sino que también plantea una reflexión mordaz sobre la creciente influencia del Japón en la economía estadounidense y el potencial subyacente de la ambición corporativa sin escrúpulos.

La dirección de Ridley Scott, a pesar de no alcanzar la perfección de algunas de sus obras maestras, logra mantener un tono opresivo y claustrofóbico, en gran parte gracias a la cuidada fotografía que recrea la atmósfera de los lujosos estamentos de Los Ángeles y, simultáneamente, la desolación de la investigación. Scott sabe crear un ambiente de tensión constante, utilizando los espacios cerrados, la iluminación sombría y la música evocadora para aumentar el impacto de los eventos. No obstante, la película, por momentos, cae en la sobreexplotación de los clichés del thriller, y algunos giros argumentales, aunque efectivos, podrían haber sido más sutiles.

Las actuaciones son sólidas en su conjunto. Nicolas Cage, en el papel del teniente Smith, entrega una interpretación cruda y desconfiada que encaja a la perfección con el personaje. Su rostro, marcado por la vida y la experiencia, transmite la desesperación y la frustración de un policía luchando contra un sistema corrupto. Mickey Rourke, como el detective privado Leo Maxwell, aporta una mezcla de cinismo y vulnerabilidad que complementa muy bien el comportamiento de Smith. Sin embargo, el verdadero motor emocional de la película reside en la interpretación de John Leguizamo como el agente japonés, un personaje que, si bien carismático y manipulador, termina representando la frialdad y la deshumanización inherentes a ciertas prácticas empresariales.

El guion, adaptado de la novela de Crichton, es donde la película más consistentemente brilla y donde sus mayores debilidades se manifiestan. La trama se desarrolla con una lentitud deliberada, permitiendo al espectador sumergirse en la investigación y, al mismo tiempo, explorar las motivaciones de los personajes. La novela original, conocida por su contundente crítica a la influencia japonesa, se traduce de forma efectiva en la pantalla. Sin embargo, la película, para lograr una mayor accesibilidad, tiende a simplificar algunos de los aspectos más complejos del argumento, y a menudo recurre a momentos de melodramatismo que, si bien ayudan a mantener el interés, restan fuerza al mensaje general. La exploración de la cultura japonesa, aunque presente, se siente en ocasiones superficial, y el retrato de las prácticas empresariales, aunque impactante, podría haber sido más desarrollado.

Nota: 7/10