Soldado Universal: Regeneración (2009)

“Soldado Universal: Regeneración” se presenta como una propuesta ambiciosa que, en el fondo, intenta reavivar una llama que ya se había extinguido: el regreso de la franquicia “Soldado Universal”. Sin embargo, la película, dirigida por Chris Morgan, se queda en un territorio problemático, donde la premisa original se ve ensombrecida por un guion poco pulido y una ejecución que, en general, no alcanza la calidad esperada.

La película se sitúa en un contexto geopolítico inquietante: un Checheno nacionalista, Basayev, ha secuestrado Chernobyl y amenaza con liberar una nube radiactiva a menos que sus demandas sean cumplidas. Esta situación, inherentemente tensa, es el detonante de una misión improbable para Luc Deveraux, un soldado universal que, como muchos de sus antepasados, ha permanecido en estado de hibernación durante décadas. La introducción del concepto de "UniSols" regenerados, soldados con memoria retroactiva, introduce un elemento interesante, aunque no del todo desarrollado. Morgan se esfuerza por crear suspense, y en algunos momentos logra construir escenas de acción vibrantes y bien coreografiadas. No obstante, la ejecución de estas secuencias a veces se ve comprometida por un ritmo irregular y una falta de sutileza, priorizando la espectacularidad a expensas de la narrativa.

El guion es su punto más débil. Si bien la idea de un clon de un antiguo Sargento, Andrew Scott, presenta un potencial dramático significativo, su implementación es superficial. La relación entre Luc y Andrew, con su memoria fragmentada y la manipulación mental que los rodea, carece de profundidad. Las motivaciones de Basayev, aunque presentadas como un nacionalista extremista, se reducen a clichés y no se exploran con suficiente matiz. El conflicto central, el enfrentamiento entre Luc y Andrew, se siente predecible y, en última instancia, poco satisfactorio. La película no profundiza en las consecuencias de la amenaza nuclear, ni siquiera en el impacto psicológico de los UniSols regenerados.

Las actuaciones son bastante mediocres. Michael Fassbender, como Luc Deveraux, transmite un peso existencial, aunque sus expresiones faciales a veces son ambiguas. Sin embargo, el personaje en sí mismo carece de una personalidad definida. La presencia de Jon Bernthal, como Andrew Scott, aporta un aire de veteranismo, pero su interpretación se limita a un rostro cansado y a un comportamiento errático. La interpretación de Aleksandr Nekrasov como Basayev, aunque visceral, se siente teatral y desprovista de la complejidad que el personaje merece.

En definitiva, “Soldado Universal: Regeneración” es una película que se esfuerza por ser más de lo que es. Intenta revivir una franquicia con potencial, pero se topa con obstáculos narrativos y estilísticos que limitan su impacto. Es un espectáculo visualmente decente, pero emocionalmente distante y con una trama que se resuelve con demasiada rapidez. Es una oportunidad perdida.

Nota: 5/10