Solo nos queda bailar (2019)
(KA) · Drama, Romance · 1h 46m
Dónde ver Solo nos queda bailar
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Sinopsis
Merab lleva ensayando desde que era muy joven en la Compañía Nacional de Danza de Georgia con su pareja de baile, Mary. De repente, su vida da un vuelco cuando aparece el despreocupado y carismático Irakli y se convierte en su rival más poderoso, pero también en su mayor objeto de deseo. En una atmósfera conservadora, Merab se enfrenta a la necesidad de liberarse y arriesgarlo todo en el empeño.
Ficha técnica
და ჩვენ ვიცეკვეთ
KA
Mathilde Dedye, Ketie Danelia
Reparto principal de Solo nos queda bailar
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Solo nos queda bailar.
Tráiler Oficial

Críticas de la película
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“Solo nos queda bailar” no es simplemente una película de amor; es una radiante explosión de color, pasión y una profunda reflexión sobre las restricciones impuestas a la libertad individual, especialmente en el ámbito artístico. Dirigida por Nino Hariaš, la película se erige como un testimonio visual y emocionalmente resonante de la lucha por la autenticidad en un entorno profundamente conservador.
La película se centra en Merab, un bailarín excepcionalmente talentoso en la Compañía Nacional de Danza de Georgia. Su mundo, meticulosamente ordenado y regido por la tradición, se ve sacudido por la llegada de Irakli, un bailarín fresco y descarado que irrumpe con su energía despreocupada y su amor por la improvisación. La tensión entre Merab e Irakli no es meramente romántica, sino que se manifiesta como un conflicto ideológico: la formalidad y la rigidez de la compañía versus la libertad y la espontaneidad. Hariaš consigue transmitir esta lucha no a través de diálogos explícitos, sino a través de miradas, gestos y la propia coreografía, que se convierte en el lenguaje principal de la película.
La dirección de Nino Hariaš es magistral. La película está visualmente deslumbrante, con una paleta de colores vibrante que refleja la intensidad de las emociones de los personajes. Los escenarios georgianos, tanto urbanos como rurales, se convierten en personajes en sí mismos, aportando un contexto cultural rico y auténtico. Hariaš no rehuye la belleza de la coreografía tradicional georgiana, integrándola con el estilo moderno y apasionado de Irakli. Este contraste visual y estilístico es un elemento clave para entender la complejidad de la película.
Las actuaciones son excepcionales. Dato Bakradze como Merab transmite la frustración y la creciente necesidad de libertad con una sutileza que es conmovedora. Su evolución a lo largo de la película es palpable. Pero es Dimitri Samokhvorov como Irakli quien realmente roba la pantalla. Su carisma natural y su contagiosa alegría contrastan fuertemente con la rigidez de Merab, y su presencia dinamiza la narrativa de una manera que es irresistible. La química entre ambos actores es magnética y fundamental para el impacto emocional de la película.
El guion, escrito por Hariaš, es inteligente y provocador. Evita caer en clichés románticos, centrándose en la exploración de las limitaciones impuestas por las normas sociales y el miedo a lo desconocido. La película plantea preguntas importantes sobre la autenticidad, el compromiso con el arte y la posibilidad de encontrar la libertad en un entorno aparentemente inamovible. Si bien algunas escenas podrían sentirse un poco largas, la intensidad emocional y el ritmo pausado son intencionales y contribuyen a la atmósfera única de la película. No es una película para verla si buscas entretenimiento ligero; requiere atención y reflexión.
Nota: 8/10