Sólo un beso (2004)

“Sólo un beso” es un drama romántico que, a pesar de sus intentos de abordar temas complejos como el choque cultural y las expectativas familiares, finalmente se queda en una historia bastante convencional. Dirigida por Basharat Orual, la película nos presenta a Casim (Atta Yaqub), un joven escocés con una identidad dividida: su deseo de perseguir su pasión por la música y la vida social choca con las tradiciones religiosas de su familia, que le ha impuesto un matrimonio arreglado con su prima, Jasmine. La película no se atreve a profundizar en la complejidad de esta situación, optando por un melodrama que, aunque dulce en algunos momentos, carece de la intensidad necesaria para generar un impacto duradero.

La dirección de Orual es competente, pero superficial. La película se desarrolla en el ambiente melancólico de Glasgow, con una fotografía que, si bien evoca la atmósfera de la ciudad, no se distingue particularmente. El ritmo es pausado, lo que contribuye a la atmósfera general, pero también puede resultar tedioso. Se podría haber utilizado con mayor contundencia para enfatizar la tensión entre los deseos individuales de Casim y las imposiciones de su familia. La película se centra en las miradas y las conversaciones, a menudo insuficientes para transmitir la profundidad de las emociones de los personajes.

Atta Yaqub ofrece una actuación honesta y conmovedora como Casim. Su entrega es convincente y se nota la frustración y el conflicto interno del personaje. Eva Birthistle, en el papel de Roisin, aporta una vitalidad y un toque de rebeldía que contrastan con la tradición opresiva que encierra la vida de Casim. La química entre los dos actores es palpable, y sus escenas románticas, aunque breves, son las más interesantes de la película. Sin embargo, el guion, adaptado de la obra de teatro del mismo nombre, carece de un desarrollo profundo de sus personajes. La relación entre Casim y Roisin, aunque prometedora, no explora en profundidad las razones de su atracción, ni las consecuencias de su posible relación.

El dilema central, el choque entre la fe y el amor, se presenta de una manera bastante simplificada. La película no explora las raíces de las creencias religiosas de la familia de Casim, ni los prejuicios que existen en la comunidad musulmana. La historia se limita a mostrar la resistencia de los padres de Casim a la idea de que su hijo se salga de las tradiciones. El conflicto, aunque importante, se resuelve de forma un poco abrupta y predecible. La película podría haber abordado la complejidad del tema con mayor matiz, ofreciendo una perspectiva más rica y realista sobre el choque cultural y la búsqueda de la identidad.

En definitiva, "Sólo un beso” es una película agradable, pero con margen de mejora. No es una obra maestra, pero sí una historia que invita a la reflexión sobre temas universales como el amor, la libertad y la identidad. No obstante, su falta de profundidad y su resolución predecible la convierten en una experiencia limitada.

Nota:** 6/10