Somos la noche (2010)

“Somos la Noche” (Somos la Noche) de Chris Nahmey es una propuesta gótica y seductoramente oscura que se atreve a explorar la idea de la inmortalidad a través de una lente fresca y sorprendentemente femenina. La película, con un presupuesto modesto pero una visión ambiciosa, se erige como un homenaje a las películas clásicas de vampiros, pero sin caer en la mera recreación de clichés. Nahmey logra crear una atmósfera inquietante y palpable desde los primeros minutos, impregnada de una atmósfera londinense lluviosa y melancólica que, sin duda, evoca la sensibilidad de cineastas como Neil Jordan.

El guion, aunque no especialmente complejo en su trama central, destaca por su enfoque en la psique de Louise (interpretada magistralmente por Zoë Deutch). La premisa, de una vampira que decide optar por una vida humana tras enamorarse, es inherentemente interesante y ofrece un contrapunto efectivo a la imagen tradicional de la criatura de la noche. Sin embargo, el desarrollo de la historia no se centra en batallas sangrientas o persecuciones frenéticas, sino en la lucha interna de Louise para reconciliar su naturaleza con su deseo de una vida normal. El ritmo, a veces pausado, le permite al espectador sumergirse en la reflexión del personaje y en el desarrollo de su relación con Tom (Ben Hardy), el joven policía que se convierte en su ancla a la humanidad. No obstante, algunas subtramas, como las tensiones dentro del trío de vampiras liderado por la implacable Freya (Lily James), carecen del peso dramático que merecen y, en ocasiones, se sienten algo forzadas.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Deutch ofrece una interpretación convincente, transmitiendo con sutileza la dualidad de Louise: su fascinación por la libertad y su temor a perder su ser. Lily James, aunque tiene menos tiempo en pantalla, aporta una presencia imponente y un aire de maldad calculada. Ben Hardy, como Tom, se muestra inicialmente vulnerable y luego valiente, dando vida a un personaje que se enfrenta a un mundo que no comprende. La dirección de fotografía, con sus tonalidades grises y azules, y el diseño de producción, que recrea una Londres alternativa y evocadora, contribuyen significativamente a la atmósfera onírica y sombría de la película. La banda sonora, que combina elementos electrónicos con melodías clásicas, complementa a la perfección el tono gótico de la historia. La película, sin duda, apuesta por un estilo visual que se presta a la contemplación y al disfrute de la estética.

Aunque la trama puede resultar algo predecible para los amantes del género, "Somos la Noche" ofrece una visión original y refrescante del vampirismo, centrada en la experiencia humana y las decisiones morales que implica la inmortalidad. Se distingue por su atmósfera inmersiva, sus actuaciones convincentes y su banda sonora cautivadora. Es una película que invita a la reflexión y que, a pesar de sus debilidades, resulta entretenida y recomendable para aquellos que buscan algo diferente en el panorama cinematográfico de terror gótico.

Nota: 7/10