Soñando, soñando... triunfé patinando (2005)

“Soñando, soñando… triunfé patinando” es, en su esencia, un pequeño drama adolescente envuelto en la estética pulida del patinaje artístico. La película, dirigida por Tara Jones, logra capturar la angustia de la adolescencia, la presión familiar y el anhelo de escapar de un destino impuesto, pero no logra trascender su propia propuesta, quedando ligeramente por debajo de las expectativas generadas por su premisa. La historia de Casey Carlyle, interpretada con una fragilidad convincente por Madelyn Cline, es inmediatamente atractiva: una chica brillante, sensible y profundamente frustrada por la rigidez de la vida planificada por su madre, una mujer con ambiciones y expectativas muy definidas que no consideran el deseo de Casey de perseguir su verdadera pasión: el patinaje. La película se centra en la lucha interna de Casey entre el sueño de ser como las estrellas del Circuito Nacional, Nikki, Tiffany y Gen, y la presión de cumplir con las expectativas familiares.

La dirección de Jones es elegante, con una fotografía que evoca la luminosidad de las pistas de patinaje y la belleza de los entrenamientos. Se presta especial atención a la coreografía, que es visualmente impactante y refleja la intensa dedicación de los personajes. Sin embargo, el ritmo de la película es irregular. Hay momentos de tensión dramática bien logrados, como la relación entre Casey y su madre, que se desarrolla con un equilibrio entre la frustración y el afecto, pero también hay largos pasajes descriptivos que ralentizan la acción. Se siente una cierta falta de material para explorar las complejas dinámicas entre los personajes secundarios, particularmente la relación entre Casey y Gen, una patinadora estrella con una historia personal marcada por la oscuridad. El desarrollo de la química entre Cline y la actriz que interpreta a Gen, aunque presente, podría haber sido más desarrollada.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Madelyn Cline ofrece una interpretación natural y emocionalmente resonante, transmitiendo de forma efectiva la desesperación y el anhelo de Casey. El actor que interpreta a la madre de Casey, John Gallagher Jr., también cumple con su papel, dotándole de una mezcla de amor y control. La película no se detiene en el análisis profundo de sus motivaciones, pero sí sugiere un pasado que influye en las decisiones de la matriarca. El guion, aunque competente, a veces se adscribe demasiado a estereotipos del género y carece de una verdadera originalidad. La trama, si bien entretenida, es predecible y las giros argumentales no sorprenden. Se podría haber apostado por un tratamiento más experimental del tema del patinaje artístico, explorando la psicología de los deportistas y la presión competitiva de una manera más profunda.

En definitiva, "Soñando, soñando… triunfé patinando" es una película agradable, visualmente atractiva y con buenas actuaciones. Sin embargo, le falta un elemento que la eleve a algo más especial, una voz propia o una perspectiva más innovadora. Es un drama adolescente bien elaborado pero, en última instancia, carente de impacto duradero. Se disfruta, pero no se recuerda mucho después de salir del cine.

Nota: 6/10