Sospechoso (1987)

“Sospechoso” (Suspect) no es una película que te sorprenda. No busca romper paradigmas ni desafiar las convenciones del thriller legal. Sin embargo, logra entretejer una trama absorbente, aunque predecible, alrededor de un caso judicial ambiguo y de una protagonista femenina que, finalmente, se revela sorprendentemente compleja. La película, dirigida por Phillip Noyce y con un reparto encabezado por Jake Gyllenhaal y Rene Russo, se instala en la atmósfera gélida y opresiva de Washington durante la Navidad, creando un ambiente de tensión palpable desde sus primeros minutos. La yuxtaposición entre la belleza artificial de las luces navideñas y la brutalidad del crimen –el hallazgo del cadáver de una mujer – es particularmente efectiva.

La historia, en su esencia, se centra en la defensa de un veterano de Vietnam, Jack Palmer, interpretado magistralmente por Jake Gyllenhaal. Palmer, un hombre marcado por las cicatrices del pasado, es acusado del asesinato de una joven y prometedora periodista. La trama se complica cuando el magistrado encargado del caso se suicida, generando un clima de sospecha y dudas sobre la integridad de la investigación. Kathleen Riley, interpretada con una elegancia y vulnerabilidad inquietantes por Rene Russo, se ve obligada a dejar su agotada rutina y a sumergirse en la difusa red de pistas y testimonios, todo ello mientras lidia con sus propios demonios personales. Russo ofrece una actuación que va más allá de la simple representación de un personaje legal; su Kathleen es una mujer atormentada, dividida entre su necesidad de justicia y su propia lucha interna.

El guion, aunque competente, no llega a la innovación. La estructura narrativa, basada en la revisión de grabaciones de seguridad y entrevistas, es un recurso habitual en este género. Sin embargo, la película se destaca por su atmósfera y por el manejo de la tensión psicológica. Se juega constantemente con la percepción del espectador, alternando entre el punto de vista del detective y el de la defensa, sin ofrecer respuestas fáciles. El director, Noyce, utiliza el silencio y las miradas como herramientas narrativas, construyendo una atmósfera de suspenso inquietante. No obstante, algunos diálogos se sienten un tanto forzados y las interpretaciones de algunos secundarios no alcanzan el nivel requerido.

La fotografía de Dmitri Kriger es igualmente destacable, creando un contraste visual entre la luz brillante de Washington y la oscuridad que se cierne sobre los personajes. La banda sonora, aunque discreta, refuerza la sensación de inquietud y misterio. Sin embargo, la película carece de una profundidad emocional que podría haber elevado su calidad. A pesar de los esfuerzos por explorar la complejidad de los personajes, la historia se mantiene en un nivel superficial, y el desenlace, aunque satisfactorio, no genera un impacto duradero.

Nota: 7/10