Soy Celine Dion (2024)

“Soy Celine Dion” es más que un simple documental; es una incursión profunda y, a veces, dolorosa en el alma de una de las voces más reconocibles de la historia de la música. El documental, dirigido por Sébastien Gilloteau, va más allá de la mera promoción de un álbum o la reconstrucción de sus mayores éxitos. En su lugar, ofrece un retrato íntimo y sin tapujos de la vida de Celine Dion en un período particularmente difícil, marcado por su devastadora lucha contra el síndrome de Vagus, una enfermedad que amenaza con robarle el habla y la movilidad.

Lo que inicialmente puede parecer una producción centrada en el espectáculo musical, rápidamente se convierte en un estudio de carácter. La película se construye con una meticulosidad sorprendente, utilizando material de archivo original de los últimos treinta años: entrevistas, conciertos, momentos familiares y, crucialmente, grabaciones secretas realizadas por Celine misma. Esta última elemente es la que otorga una autenticidad inigualable, permitiéndonos presenciar el proceso de diagnóstico, la incertidumbre y, sobre todo, la determinación inquebrantable de la cantante. El uso de material de archivo, incluso en sus momentos más íntimos, crea una sensación de familiaridad con la artista, casi como si estuviéramos observando un fragmento de su vida real, no una película recreada.

La dirección de Sébastien Gilloteau es notablemente sensible. Evita caer en melodramas fáciles o sentimentalismos excesivos, optando por una aproximación documental rigurosa que deja espacio a la vulnerabilidad de Celine. No intenta glorificar la enfermedad, sino que la presenta como un obstáculo formidable, pero también como una oportunidad de reconectar con lo esencial: su familia, sus amigos y, fundamentalmente, la música. La banda sonora, integrada de forma orgánica en la narrativa, es una muestra del poder curativo de la música para Celine, un bálsamo que la ayuda a navegar por el torbellino de la enfermedad.

La actuación de Celine Dion es el pilar central de este documental. Su entrega es conmovedora y honesta, sin una pizca de artificio. Se muestra vulnerable, incluso asustada, pero nunca pierde su fuerza interior. Aunque las entrevistas son densas y a veces francas, su presencia es constante, transmitiendo una inmensa admiración por sus fans y una profunda gratitud por la capacidad de seguir cantando. La película también ofrece acceso a las reacciones de su familia, sus amigos y colegas, quienes son testigos de su lucha y la apoyan incondicionalmente.

Si bien el documental se centra en la adversidad, también celebra el legado musical de Celine Dion. A través de imágenes de sus conciertos más icónicos y testimonios de aquellos que han sentido el impacto de su música, se reafirma su importancia como una de las artistas más influyentes de la historia. “Soy Celine Dion” no solo narra una historia de enfermedad y superación, sino que también es una oda a la resiliencia del espíritu humano y al poder trascendental de la música. Es una experiencia cinematográfica profundamente conmovedora y, sin duda, una de las mejores producciones documentales del año.

Nota: 9/10