Sparkle (2012)

“Sparkle” no es solo otro remake; es un intento ambicioso, aunque imperfecto, de revivir la magia y el espíritu pionero de The Supremes. La película, dirigida por Denzel Washington (sí, ese Denzel Washington), se atreve a abordar la historia de Sparkle y sus hermanas, Otis, Ruby y Deana, desde las humildes raíces de un coro gospel en Detroit hasta alcanzar el estrellato internacional. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, el resultado final se siente algo deslucido, como si se hubiera perdido algo en la traducción.

La dirección de Washington, generalmente confiada, se siente a veces torpe. Aunque intenta evocar la energía vibrante de la época, la película carece de un pulso emocional auténtico. Hay momentos de exuberancia visual que, sin embargo, no logran conectar de forma genuina con el espectador. La banda sonora, crucial para cualquier película que pretenda emular a The Supremes, es notablemente impresionante, con reinterpretaciones de los éxitos de la banda original que elevan el nivel de la película. Pero la música por sí sola no puede compensar las inconsistencias narrativas y la falta de profundidad emocional.

El reparto es, en general, sólido. Jordin Sparks ofrece una interpretación decente como Sparkle, y su evolución a lo largo de la trama, desde la inocente aspirante a cantante hasta la estrella internacional, es bastante convincente. Sin embargo, la actuación de la actriz principal a veces se siente un poco forzada, careciendo de la sutileza y la vulnerabilidad que harían que su personaje brillara más. La fotografía, en cambio, es destacable, recreando con fidelidad la atmósfera de Detroit de la década de 1970, capturando tanto la vitalidad de sus calles como la melancolía de sus barrios marginales.

El guion es el punto más débil de la película. La historia, inspirada en la trayectoria real de The Supremes, se siente excesivamente simplificada y llena de clichés de Hollywood. La trama se apresura a menudo, omitiendo detalles importantes y reduciendo a los personajes a arquetipos. Las relaciones familiares son superficiales y la exploración de temas como la discriminación racial y la lucha por la igualdad, aunque presentes, se tratan de forma superficial, sin profundizar en las complejidades de la época. Se podría haber explorado mucho más la sombra que la industria musical de la época proyectaba sobre las mujeres negras, y cómo el camino hacia el éxito estaba lleno de obstáculos difíciles de superar.

En definitiva, “Sparkle” es una película que tiene potencial pero que no lo alcanza por completo. La ambición de recrear la magia de The Supremes es admirable, pero la ejecución no siempre cumple con las expectativas. Ofrece algunos momentos entretenidos, una banda sonora excelente y un esfuerzo digno por parte de su director, pero al final se queda en un intento fallido de capturar la esencia de una historia que merecía una mayor atención al detalle y una mayor profundidad emocional.

Nota: 6/10