Speed 2 (1997)

“Speed 2: Séance” no es una película que busca trascender ni ser reevaluada en los anales del cine de acción. Es, en su esencia, un sucesor directo, aunque con un aire de déjà vu palpable, del original que maravilló a muchos y, para otros, frustró en exceso. El director Jan de Bont presenta una aventura submarina que, si bien mantiene el frenético ritmo y la adrenalina del primer filme, carece de la originalidad y la fuerza narrativa que lo convirtieron en un clásico instantáneo.

La trama, con un hacker obsesionado con la venganza contra el capitán de un barco de alta mar, es predecible. La idea de un personaje con habilidades excepcionales utilizando el sistema informático del transatlántico para ponerlo en peligro no es revolucionaria, ni siquiera particularmente novedosa. Sin embargo, de Bont se le permite, y de hecho se le alienta, a saturar la pantalla con efectos especiales y secuencias de acción que, aunque técnicamente impresionantes en su momento, hoy resultan ser, a veces, redundantes. La película se concentra más en la demostración de habilidades tecnológicas que en el desarrollo de un conflicto interesante. La persecución submarina, por ejemplo, se repite varias veces y con variaciones mínimas, perdiendo su impacto inicial.

Las actuaciones son correctas, pero no sobresalientes. Sylvester Stallone ofrece su habitual interpretación, combinando el heroísmo con la torpeza característica. Sandra Bullock, como siempre, aporta una presencia magnética y un carisma natural que intenta salvaguardar la historia. La química entre ambos actores es evidente, aunque no alcanza a compensar la falta de profundidad en los personajes. La antagonista, interpretada por Michelle Yeoh, es funcional, pero carece de la complejidad y el matiz que podrían haberle dado mayor peso.

En cuanto a la dirección, Jan de Bont se aferra a la estética visual del primer "Speed", con colores vibrantes y encuadres dinámicos. Pero la película carece de una visión particular, de una identidad propia. La banda sonora, a pesar de ser efectiva en momentos clave, se siente a veces genérica y predecible. El guion, adaptado de la novela "Brainship" de Peter de Vries, es bastante simple y se basa en clichés de thrillers tecnológicos. La tensión se construye a base de jumpscares y situaciones de peligro, pero se desvanece rápidamente ante la falta de un desarrollo argumental sólido.

En definitiva, “Speed 2: Séance” es una película de acción entretenida, pero superficial. Ofrece momentos de adrenalina y visuales llamativos, pero no logra sorprender ni dejar una impresión duradera. Es un homenaje, en cierto modo, al original, pero sin la chispa que lo hacía único. Es una película que se disfruta más por su ritmo y sus efectos especiales que por su historia y su desarrollo.

Nota: 6/10