Spider-Man: Lejos de casa (2019)

“Spider-Man: Lejos de casa” es, en su esencia, una película de transición. Una carta de despedida sutil, pero innegable, a una era de Spider-Man que se sentía, en su momento, ligeramente agotada. Jon Watts, director de las dos entregas anteriores, regresa para dirigir un esfuerzo que, aunque visualmente deslumbrante y con un ritmo frenético, carece de la profundidad emocional que caracterizó al primer Spider-Man de Tom Holland. La película se apoya fuertemente en el aspecto de "road trip", y aunque ofrece momentos divertidos y visualmente estimulantes, a veces sacrifica la narrativa en favor del espectáculo.

La dirección de Watts es, como siempre, impecable. Cada escena se construye con cuidado, y las secuencias de acción, especialmente las que involucran a Mysterio (Jaime Foxx) y sus trucos ilusionistas, son verdaderamente impresionantes. El uso de efectos visuales es espectacular, creando entornos europeos vibrantes y efectos especiales que desafían la incredulidad. Sin embargo, la película se vuelve algo excesiva en ocasiones, con una sobrecarga de efectos visuales que, en lugar de intensificar la emoción, a veces la diluyen. El problema fundamental radica en que esta abundancia visual no está sustentada por un guion que profundice en las motivaciones de los personajes más allá de la necesidad de "hacer lo correcto".

Tom Holland, como Spider-Man, continúa demostrando su carisma y su capacidad para equilibrar la responsabilidad con la vida personal. Su evolución como héroe se siente natural, pero la película no le da suficientes oportunidades para explorar el conflicto interno que siempre ha definido al personaje. Jaime Foxx, en el papel de Mysterio, ofrece una actuación notable. Le da un toque de misterio y ambigüedad a su personaje, al tiempo que ofrece momentos de humor y un ligero toque de melancolía. Zendaya, como MJ, es la joya de la corona, aportando un contrapunto emocional a la aventura de Peter. Su relación se desarrolla de forma orgánica y su personaje añade una dimensión de cercanía y preocupación que contrasta con la actitud despreocupada de Spider-Man.

El guion, escrito por Chris McKenna y Erik Sommers, presenta una trama compleja que involucra el multiverso y las amenazas de dimensiones paralelas. La introducción de los Elementales, seres ancestrales que dominan los cuatro elementos, añade un componente de urgencia que justifica la presencia de Spider-Man. Sin embargo, la ejecución de la historia es algo apresurada, con giros inesperados que, aunque entretenidos, no siempre están bien integrados en la narrativa general. El tono, a veces, oscila entre la comedia ligera y el drama, pero rara vez se siente completamente equilibrado. La exposición, en particular, es, en ocasiones, torpe, explicando conceptos complejos de forma poco natural.

En definitiva, “Spider-Man: Lejos de casa” es un entretenimiento visualmente impecable y con un protagonista carismático. A pesar de sus defectos en la estructura narrativa y un ritmo demasiado frenético, ofrece una aventura emocionante que, aunque no alcanza las alturas de las entregas anteriores, es un digno complemento del legado de Spider-Man. Es un salto al vacío, tanto en el sentido figurado como literal.

Nota: 7/10