Spiders (2013)

“Spiders”, la película de 1993, es una obra que, a pesar de su evidente inspiración en el cine de terror clásico y su premisa cuanto menos peculiar, logra ofrecer una experiencia visualmente inquietante y, en ciertos momentos, notablemente tensa. La película, ambientada en el subterráneo de Nueva York tras un evento catastrófico, explora con una torpeza, pero con un cierto vigor, los temores arraigados a la oscuridad, el claustrofobia y la amenaza invisible. La idea de un impacto de una estación espacial soviética contra las profundidades de la ciudad, y la posterior proliferación de arañas gigantes, no es particularmente original, pero la película se aferra a esta base con una tenacidad que, curiosamente, funciona a su favor.

La dirección de Mark Rigney es directa, casi brutal en su simplicidad. No se anda con rodeos en la presentación del caos y el terror. Se centra en la sensación de incomodidad y amenaza, utilizando la iluminación y la composición de los planos para generar una atmósfera de constante tensión. La película respeta, en gran medida, la estética del cine de bajo presupuesto de los años 70, pero con la ventaja de contar con un presupuesto mayor y, por tanto, con efectos especiales que, aunque hoy en día se verían anticuados, en su momento fueron sorprendentes y contribuyeron a la sensación de realismo en la amenaza aracnídea. El uso del sonido, especialmente la zaga de las arañas y sus ruidos guturales, es inquietante y efectivo. Se intuye una influencia clara de películas como "La semilla del diablo" (The Thing), en cuanto al aislamiento de los personajes y la paranoia que se desata cuando se percibe la amenaza.

Las actuaciones son, en general, discretas. Michael Rooker, como el Dr. Martin Starkey, el científico a cargo de la investigación, ofrece una interpretación reservada y funcional. Su rostro, a menudo expresivo sin llegar a ser particularmente conmovedor, transmite la angustia y la desesperación de un hombre confrontado a una realidad que no comprende. El resto del elenco cumple su función con el mayor de los rigor, aunque la escasa profundidad de los personajes dificulta la conexión emocional con ellos. Se percibe que el enfoque principal de la película reside en la amenaza exterior, y no en el desarrollo de los personajes.

El guion, sin embargo, es donde la película realmente resiente. La historia, aunque mantiene un ritmo constante e introduce momentos de suspenso, carece de la complejidad narrativa y el desarrollo de personajes que le podrían haber dado una mayor resonancia. Las convenciones del género se cumplen, pero sin aportar ideas originales o reflexiones profundas. La motivación de la aparición de las arañas es confusa y poco desarrollada, reduciéndose a una explicación genérica sobre la mutación debido al impacto. El final, aunque satisfactorio en términos de acción, carece de un impacto emocional y psicológico. No se profundiza en las consecuencias del evento ni en el estado de ánimo general de la población. Es una conclusión rápida, que no ofrece mayores interrogantes.

Nota: 6/10