“Spirit: Indomable” no es una revolución del cine animado, pero tampoco es una decepción decepcionante. Más bien, ofrece una experiencia reconfortante, nostálgica y que evoca la magia de las historias de la frontera americana, aunque con el filtro modernista que caracteriza a DreamWorks. La película, que busca un público familiar, no se atreve a romper con las convenciones del género, pero logra generar cierta conexión emocional gracias a una historia de aceptación y descubrimiento personal.
La dirección de Robert Zemeckis, conocido por su trabajo en “Cómo entrenar a tu dragón”, aporta una estética visual cuidada y llena de detalles. Las animaciones son impresionantes, especialmente en las secuencias que muestran la relación entre Lucky y Spirit. La inmersión en el paisaje americano del Salvaje Oeste es palpable, con una atención al detalle admirable en la recreación de la vida en las fronteras, las costumbres y la fauna. La banda sonora, compuesta por Lisa Gerrard y Steve Mason, complementa a la perfección las imágenes y contribuye a crear una atmósfera épica y emotiva. Sin embargo, a veces la estética digital se siente un poco artificial, perdiendo un poco de la autenticidad que se podría haber buscado si se hubiera optado por una animación más pictórica.
La actuación de voz, encabezada por Jake Gyllenhaal como Spirit, es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Gyllenhaal aporta una profundidad y un matiz inusuales a este animal, dotándolo de una inteligencia y una sensibilidad sorprendentes. La voz de Gyllenhaal no es simplemente un "ladrar" o un "rugir"; es una herramienta expresiva que transmite el carácter de Spirit y sus emociones. Joaquin Phoenix como el padre de Lucky, Bud Prescott, ofrece una actuación sobria y conmovedora, transmitiendo un dolor y una frustración palpable. La química entre los actores de voz es excelente, lo que contribuye a generar una conexión genuina con los personajes.
El guion, aunque predecible en algunos momentos, está bien estructurado y se centra en temas universales como la familia, la pérdida, la redención y la importancia de conectar con la naturaleza. La historia de Lucky, una joven desamparada que se enfrenta a la adversidad y encuentra un nuevo propósito gracias a su amistad con Spirit, es entrañable y motivadora. Sin embargo, algunos diálogos resultan un poco simplistas y la resolución del conflicto principal podría haber sido más elaborada. A pesar de ello, la película mantiene un ritmo constante y evita caer en clichés exagerados, ofreciendo una experiencia agradable y ligera.
En definitiva, “Spirit: Indomable” es una película familiar atractiva que, aunque no redefine el género, ofrece un viaje visual y emocionalmente gratificante. La conexión entre Lucky y Spirit, la calidad de las animaciones y la actuación de voz de Jake Gyllenhaal son elementos que la hacen destacar. A pesar de sus limitaciones, es una película que merece la pena ver, especialmente para aquellos que buscan una historia reconfortante y llena de esperanza.
Nota: 7/10