“Spirit Trap” se presenta como un intento de revitalizar el género del terror psicológico centrado en lo sobrenatural, un subgénero que, últimamente, necesita desesperadamente una dosis de originalidad. La película, dirigida por Ben Howard, logra, en parte, generar una atmósfera inquietante y opresiva, pero su ejecución, aunque visualmente sólida, resulta ser un tanto predecible y carente de la profundidad que se podría esperar de un relato de fantasmas.
La película se centra en un grupo de estudiantes universitarios que, ávidos de una experiencia escalofriante, alquilan una mansión con una historia sombría. Desde el principio, la dirección establece un tono de tensión creíble, jugando con la iluminación tenue y los ángulos de cámara que distorsionan la percepción del espectador. Los exteriores de la mansión son particularmente impactantes, contribuyendo significativamente a la sensación de aislamiento y decadencia. No obstante, la historia no explora suficientemente la dinámica entre los personajes, relegándolos a meros puntos de entrada para el terror. Sus motivaciones son poco profundas y sus reacciones, a menudo, se sienten forzadas.
Las interpretaciones del elenco principal son, en general, sólidas. Billie Piper ofrece una presencia constante y amenazante como la figura enigmática de la casa. Luke Mably aporta una vulnerabilidad inquietante a su personaje, mientras que Sam Troughton se beneficia de una actuación convincente, aunque limitada, en el papel del estudiante más atormentado. Sin embargo, la complejidad de los personajes individuales no está completamente desarrollada, lo que afecta a la conexión emocional del espectador.
El guion, aunque bien intencionado, se adhiere a tropos comunes del género. La mecánica del reloj de espíritu, que regula el tiempo y revela los secretos oscuros de los personajes, es interesante al principio, pero se vuelve repetitiva a medida que avanza la trama. La película recurre a sustos fáciles y situaciones de tensión predecibles, evitando explorar las consecuencias psicológicas del terror de manera realmente significativa. El elemento más prometedor, el origen de la maldición que asola la mansión, se revela demasiado tarde, perdiendo parte de su impacto.
A pesar de sus fallas, “Spirit Trap” cuenta con ciertos momentos de genuina tensión y ofrece una estética visualmente atractiva. El uso del color, la banda sonora y la atmósfera general son elementos positivos que merecen reconocimiento. Sin embargo, la historia no logra superar su carácter genérico y se queda en un nivel superficial, dejando al espectador con la sensación de que se ha perdido la oportunidad de explorar un relato de fantasmas verdaderamente memorable. La película sugiere la posibilidad de algo más profundo, pero se conforma con ofrecer una experiencia de terror convencional.
Nota: 6/10
