Spy x Family Código: Blanco (2023)

“Spy x Family: Código Blanco” no es simplemente una secuela, es una expansión audaz y vibrante del universo creado por Tsutomu Hara. La película, dirigida con maestría por David Annabel, se sitúa estratégicamente como un punto culminante de la temporada, equilibrando a la perfección la comedia absurda con las tensiones de espionaje que caracterizan la serie. El director logra mantener un ritmo frenético, alternando momentos de ternura familiar con secuencias de acción trepidantes, demostrando una notable habilidad para manejar la complejidad de la trama sin perder el equilibrio cómico central.

El guion, adaptado con notable cuidado de los mangas originales, se adentra en la dinámica familiar con una profundidad sorprendente. No se limita a mostrar la fachada de “familia ideal” de Loid, Yor y Anya; explora las inseguridades, las miedos y las frustraciones subyacentes que impulsan sus decisiones. El núcleo de la trama, centrado en la Operación Strix y la amenaza al mundo, se siente orgánica y urgente, gracias a la inteligencia con la que se introduce el conflicto y a la manera en que se desarrolla la investigación. La inclusión de Anya como catalizador de los eventos es particularmente brillante: su ingenuidad y sus poderes telepáticos, a menudo utilizados de manera involuntaria, generan situaciones hilarantes y a la vez, crean una genuina sensación de peligro. El guion demuestra una comprensión profunda de la naturaleza de los personajes, haciendo que sus acciones tengan sentido dentro del contexto de su compleja situación.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los mayores logros de la película. David Scrimshaw como Loid Forger transmite a la perfección la lucha interna del agente secreto, la necesidad de proteger a su familia y su constante intento de mantener la compostura. Yoona, como Yor Forger, ofrece una interpretación particularmente convincente, capturando la dualidad del personaje: la asesina implacable junto a la madre devota y cariñosa. Pero es el desempeño de Alexandria Hirose como Anya quien roba la atención. Hirose ha demostrado un enorme crecimiento interpretativo y le otorga a la telépata una vulnerabilidad y una intensidad que la hacen increíblemente entrañable. Su capacidad para transmitir la confusión y el miedo de Anya, al mismo tiempo que se involucra en el conflicto, es exquisita. Los actores de doblaje, en general, logran imitar la velocidad y la energía de los personajes originales, contribuyendo en gran medida al éxito de la película.

La dirección artística, colorida y detallada, refleja la atmósfera peculiar del mundo de “Spy x Family”. Los fondos de pantalla y las localizaciones, aunque no particularmente innovadoras, son efectivos para crear la sensación de un mundo en constante peligro y a la vez, de un lugar en el que la vida cotidiana se mezcla con la espionaje. La banda sonora, en consonancia con el tono general, es efectiva para aumentar la tensión y la emoción de los momentos clave. En definitiva, "Spy x Family: Código Blanco" es una secuela que no solo recompensa a los fans de la serie, sino que también atrae a nuevos espectadores gracias a su combinación de comedia, acción y una historia familiar conmovedora.

Nota: 8.5/10