“Star!” es un film que, a pesar de no alcanzar la gloria deslumbrante que su título sugiere, ofrece una visión íntima y a menudo dolorosa de la vida de una estrella de Broadway en los años 40. La película, dirigida con sensibilidad por Michael Mayer y con un ritmo que alterna momentos de brillante espectáculo y otros de silencioso desmoronamiento, se centra en la trayectoria de Gertrude Lawrence, interpretada magistralmente por Julie Andrews. Andrews no solo encarna la figura icónica de la estrella, sino que también transmite la fragilidad emocional y la lucha interna que subyacen a su fachada de glamour. Su actuación es, sin duda, el corazón de la película, y su capacidad para comunicar la ambición, el deseo de aceptación y el profundo anhelo de una conexión humana es innegable.
El guion, adaptado de la obra teatral homónima, se apoya en un diálogo directo y natural que evoca la época. No se centra en grandes explosiones o eventos grandilocuentes, sino en las conversaciones cotidianas, las pequeñas disputas y las miradas significativas que revelan la dinámica entre los personajes. Sin embargo, el guion podría haber profundizado un poco más en la relación con su esposo, Daniel Massey, cuya presencia, aunque relevante, a veces se siente eclipsada por la brillantez de Gertrude y la influencia del director, Richard Crenna. La relación de Massey, interpretado con sutileza, representa un contrapunto esencial a la vorágine de la fama, y su silencioso sufrimiento se siente de forma persistente, aunque no siempre se explore con la intensidad que merece.
Mayer logra, a través de la fotografía de James Autry, recrear la atmósfera vibrante y glamorosa del teatro de Nueva York. Los vestuarios, la iluminación y los sets son impecables, transportando al espectador a una época dorada del espectáculo. La banda sonora, compuesta por Jean-Michel Jarre, es elegante y melancólica, y complementa a la perfección las emociones que se transmiten en la pantalla. La película no rehúye de la crudeza de la ambición y el precio que se paga por alcanzarlo. Se muestra la presión, el miedo al fracaso y la soledad que pueden acompañar a la fama. La película no glorifica el estrellato; la presenta como un camino lleno de sacrificios personales y la pérdida de la autenticidad.
En definitiva, “Star!” no es una película que enamore al espectador desde el principio, pero sí que lo cautiva con la sutil profundidad de sus personajes y la honestidad con la que aborda un tema complejo: el costo de la ambición. Es un drama musical conovcedor, un recordatorio de que el brillo exterior a menudo oculta una tristeza interna y que, a veces, el mayor éxito es encontrar la felicidad en la vida más allá del escenario.
Nota: 7.5/10