Stitches (2012)

“Stitches” es una película que, al principio, promete ser una divertida y ligeramente inquietante aventura de terror. La premisa es intrigante: seis años después de que un payaso llamado Stitches fuera asesinado, sus amigos, ahora adolescentes, deciden, en una broma, revivir su cumpleaños, lo que desencadena una serie de eventos sobrenaturales y violentos. Sin embargo, el resultado final es una película con una atmósfera tensa, pero que no logra explotar su potencial de manera efectiva y que, en última instancia, se siente más como una curiosidad que como una experiencia cinematográfica realmente memorable.

La dirección de Kevin Williamson, conocido por su trabajo en “Scream”, aporta una sensación constante de incomodidad. Utiliza la luz y la sombra de manera muy efectiva para crear un ambiente opresivo, particularmente en las escenas que transcurren en el bosque. La película se basa en el suspense atmosférico, y a veces lo logra, pero el ritmo es irregular. Algunas escenas se alargan innecesariamente, mientras que otras, cruciales para el desarrollo de la trama, se ven comprimidas. Williamson parece estar tratando de equilibrar el humor negro con el terror, pero el resultado es un intento imperfecto que a menudo resulta confuso. El uso de la cámara, en general, es competente, pero carece de originalidad, optando por ángulos y movimientos ya vistos en el género.

Las actuaciones son un punto fuerte. Jackson White, como Tom, transmite la inquietud y la culpabilidad de un joven que está atrapado entre la diversión y el horror. El resto del reparto juvenil ofrece un trabajo sólido, con especial mención a Jared Cooke, quien interpreta a Rick, el amigo más problemático del grupo. Sin embargo, el personaje de Stitches, interpretado por David Anders, es donde la película realmente falla. Aunque Anders entrega una actuación convincente en términos de maldad y desesperación, el diseño del personaje y su rol en la narrativa no están suficientemente definidos. Se le presenta como una entidad vengativa, pero su motivación y su pasado no se exploran adecuadamente, lo que resulta en un personaje unidimensional y un poco antológico.

El guion, en su mayoría escrito por Williamson, presenta algunas ideas interesantes, especialmente en cuanto a la exploración de la culpa, la amistad y las consecuencias de las acciones. Pero la trama se complica demasiado a medida que avanza, introduciendo elementos innecesarios que diluyen el mensaje central. El desarrollo del personaje de Stitches es particularmente deficiente, ya que se nos presenta un ser que busca venganza, pero no se nos muestra *por qué* quiere venganza, y no se nos proporciona un contexto suficiente para empatizar con su situación. Además, la resolución final es un poco apresurada y no ofrece el cierre satisfactorio que el espectador espera. El uso de flashbacks, aunque utilizado para establecer el pasado de Stitches, no está bien integrado y se siente forzado.

En resumen, “Stitches” es una película con potencial, pero que no logra cumplirlo. Su atmósfera inquietante y las actuaciones son sólidas, pero el guion confuso y el desarrollo del personaje principal la condenan a ser una experiencia mediocre. No es un fracaso absoluto, pero tampoco es una obra destacable.

Nota: 5/10