Stone (2010)

“Stone” (2017) es una película que, a pesar de ser el debut de Walter Hill como director, resulta ser un ejercicio de atmósfera tensa y suspenso, aunque no del todo logrado. La historia, que gira en torno a la improbable amistad entre Jack Mabry (Robert De Niro), un oficial de libertad condicional, y Gerald Creeson (Edward Norton), un hombre consumido por la obsesión con los incendios, es inicialmente intrigante. Hill construye un ambiente opresivo, dominado por la oscuridad, la desconfianza y la sensación constante de que algo terrible está a punto de ocurrir. La fotografía, en gran medida en blanco y negro, intensifica esta sensación, enfatizando las sombras y los ángulos de cámara que sugieren peligro y malevolencia.

La dirección de Walter Hill, que se mantiene a un ritmo pausado y deliberado, le permite jugar con las expectativas del espectador. No hay grandes explosiones ni persecuciones, sino una lenta e implacable escalada de paranoia. Sin embargo, esta lentitud también puede resultar abrumadora. A veces, la película se pierde en la creación de la atmósfera, descuidando el desarrollo de la trama y los personajes. La historia no siempre avanza con claridad, y a veces se siente como si estuviera repitiendo los mismos temas, como la manipulación, la desconfianza y el secreto.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Robert De Niro ofrece una interpretación sutil y convincente como Jack Mabry, un hombre cansado y cínico que, a pesar de su exterior duro, alberga una cierta vulnerabilidad. Su personaje, en medio de una burocracia corrupta, se ve obligado a tomar decisiones difíciles y moralmente ambiguas. Edward Norton, por su parte, está fenomenal como Gerald Creeson. Captura a la perfección la fragilidad y la desesperación de un hombre al borde del colapso, con una presencia física y emocional que es escalofriante y profundamente humana. Milla Jovovich aporta profundidad a su papel de Lucetta, la esposa manipuladora de Creeson, sin caer en estereotipos. Es una figura oscura y peligrosa, cuyas motivaciones nunca quedan completamente claras.

El guion, aunque interesante en su premisa, carece de la profundidad y la complejidad que merecía. Se centra demasiado en la tensión y el suspense, a expensas de explorar las razones detrás de la obsesión de Gerald Creeson. Las motivaciones de Lucetta también son poco desarrolladas, y su papel como antagonista principal se siente un tanto superficial. Además, la resolución final, aunque satisfactoria en términos de suspense, se siente un poco apresurada y carente de una explicación satisfactoria de los eventos que la precedieron. La película plantea preguntas sobre la naturaleza de la libertad, la responsabilidad y los límites de la moralidad, pero no las aborda con la profundidad que se espera de un thriller de este calibre. La película se ancla en una sólida premisa, pero, en general, podría haber sido mucho más.

Nota: 6/10