“Street Dancer 3D” no es simplemente una película de baile; es una inmersión completa en el universo del hip-hop y Bollywood, un torbellino de color, música y energía que, aunque no redefine el género, ofrece una experiencia visual y auditiva gratificante. Prabhu Deva, como director, demuestra su dominio de la coreografía, dando rienda suelta a la creatividad en cada número, con una evidente influencia del legendario Michy Jackson. Sin embargo, la película no se limita a la espectacularidad; busca conectar con el espectador a través de la emoción y el sentimiento, lo que se nota en la dirección de los planos y en la atención al detalle de cada escena. La banda sonora, liderada por T-Series, es, como cabría esperar, una joya en sí misma, repleta de éxitos que se quedan pegados en la memoria y que, en general, complementan a la perfección la acción en pantalla.
Las actuaciones del elenco principal son sólidas, pero no excepcionales. Varun Dhawan y Shraddha Kapoor ofrecen un juego de miradas y una conexión química que, si bien es suficiente para sostener la historia, carece de la profundidad que podría haber elevado la narrativa. Sin embargo, Nora Fatehi emerge como la verdadera estrella de la película. Su presencia física es innegable, y su entrega en las coreografías, especialmente aquellas en las que comparte escenario con el elenco indio, es electrizante. Su carisma y su dominio del baile demuestran una experiencia y una pasión que superan con creces a los otros protagonistas. La rivalidad entre los grupos de baile indio y pakistanos, aunque ya familiar para el público de Bollywood, se presenta con un matiz de respeto y camaradería, evitando caer en estereotipos y ofreciendo un mensaje sutil pero importante sobre la importancia del diálogo y la comprensión intercultural.
El guion, en general, es predecible. La trama, con su estructura de “rivalidad que se convierte en amistad” y su arco argumental simplificado, no sorprende en absoluto. No obstante, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su ritmo frenético y a la intensidad de las coreografías. Las escenas en Nueva York, un contrapunto vibrante al ambiente más colorido de la India y Pakistán, aportan una frescura visual y narrativa. En algunos momentos, la película podría haber profundizado en las motivaciones de los personajes y en las complejas dinámicas sociales que subyacen a la rivalidad entre los grupos de baile, pero el enfoque principal se mantiene en la celebración del baile y la emoción del momento. La dirección de arte es impecable, y las transiciones entre los diferentes escenarios son fluidas y efectivas, creando una experiencia visual dinámica y atractiva. En definitiva, “Street Dancer 3D” es un espectáculo de baile bien producido, con una banda sonora pegadiza y unas coreografías impresionantes, pero carente de la profundidad emocional y narrativa que podrían haberlo transformado en una película verdaderamente memorable.
Nota: 7/10