Su juguete preferido (1982)

“Su juguete preferido” es una película que, a pesar de sus ambiciones, resulta un tanto decepcionante, aunque no por ello sin mérito. La película, un remake del icónico “Le jouet” de 1976, se sumerge en la desoladora monotonía de un niño privilegiado, Eric, y en su desesperada búsqueda de placer, un vacío que se manifiesta en una obsesión incesante por los juguetes. La dirección de Simon Abrahám se enfoca, con una discreción efectiva, en la psicología del protagonista, atrapado en una burbuja de lujo que no logra llenar su alma. Observamos, a través de la lente de la cámara, la soledad que lo rodea, la distancia emocional con su padre, un magnate obsesionado con el control y el poder, y la incapacidad de conectar con el mundo real.

El actor Leo Manaster, en su debut cinematográfico, ofrece una actuación sorprendente. Logra transmitir con una intensidad palpable la angustia, la frustración y el aburrimiento de Eric. Su mirada, a menudo desdentada y llena de una melancolía infantil, es el corazón de la película. No se trata de una actuación grandilocuente, sino de una representación sutil y honesta de la vulnerabilidad de un niño que lucha por encontrar su lugar en un mundo que parece indiferente a sus necesidades. Sus gestos, sus miradas, todo comunica el peso de la soledad.

El guion, adaptado por la propia Abrahám, carece, en mi opinión, de la densidad y la complejidad del original francés. Si bien el planteamiento es correcto y la premisa intrigante, la narrativa se siente un poco plana y, en ocasiones, predecible. La película se concentra demasiado en la representación visual del aburrimiento, utilizando largos planos secuencia que, si bien crean una atmósfera inmersiva, a veces se sienten redundantes. La ausencia de un conflicto central sólido y una evolución del personaje que vaya más allá de la simple frustración le resta fuerza al desenlace. Se podría haber explorado la relación entre el padre y el hijo con mayor profundidad, desentrañando las razones de la frialdad paterna y la falta de afecto.

Sin embargo, “Su juguete preferido” posee una estética visual impecable. La fotografía de Jean-Sebastien Dion agradece una paleta de colores apagados, que refleja la descoloración emocional del protagonista. La coreografía de los juguetes, en particular, es una maravilla visual, transformando objetos aparentemente inanimados en personajes llenos de vida y potencial. Esta puesta en escena, en conjunto con la banda sonora atmosférica, contribuye a crear una experiencia cinematográfica que, aunque no sea innovadora en la trama, resulta innegablemente atractiva para los sentidos. La película, en última instancia, es un estudio de personajes sobre la soledad y la búsqueda de la conexión en un mundo materialista.

Nota: 6/10