Su otro amor (1982)

“Su otro amor” es un drama familiar que, si bien no llega a ser una obra maestra cinematográfica, ofrece una exploración sutil y, a veces, incómoda de la infidelidad y el impacto emocional que ésta puede tener en una pareja. La película, dirigida con elegancia por Peter Kerekes, se aferra a un tono realista y pausado, cultivando una atmósfera de tensión latente que se va hilando a medida que avanza la trama. La cinta se centra en la familia Wellington, encabezada por Claire (Kate Jackson), una ejecutiva ambiciosa en el mundo de la televisión, y Zack (Michael Ontkean), un médico exitoso, y en la que se introduce una nueva pieza, Hamlin (Hamlin Barry), un escritor con un encanto que despierta la admiración de Zack.

La película se construye sobre una premisa intrigante: la posibilidad de una traición no sólo romántica, sino también a la confianza misma en el matrimonio. La dirección de Kerekes es fundamental en este aspecto. No recurre a clichés melodramáticos ni a golpes visuales llamativos. En su lugar, opta por pequeños detalles, miradas significativas y silencios incómodos para transmitir la creciente desconfianza. La fotografía de Paul Taylor también contribuye a esta atmósfera, utilizando colores apagados y una iluminación natural que refleja la sensación de opresión emocional. Sin embargo, a veces este cuidado excesivo en la forma puede resultar un poco frío, perdiendo parte de la intensidad dramática que podría haber sido alcanzada.

Las actuaciones son sólidas, con Kate Jackson ofreciendo una interpretación matizada como una mujer que lucha por comprender la transformación de su marido. Su personaje, Claire, no es una víctima pasiva, sino una mujer inteligente y, en ocasiones, un poco manipuladora. Michael Ontkean, como Zack, transmite la confusión y el conflicto interno de un hombre que se ve obligado a cuestionar sus propias identidades. La interpretación de Hamlin es breve pero efectiva, aportando un toque de sensibilidad y vulnerabilidad. La química entre los tres actores es notable, lo que facilita la inmersión del espectador en la dinámica familiar.

El guion, aunque bien construido, podría haber profundizado en algunos aspectos. La exploración de la homosexualidad de Zack, aunque presente, se siente un poco superficial. La película no se adentra lo suficiente en las complejidades de su viaje interior, limitándose a presentar la nueva relación como un detonante para la crisis matrimonial. Si bien la idea de la infidelidad es central, se podría haber explorado más la raíz de la infelicidad en el matrimonio, que parece estar relacionada con la falta de comunicación y la ausencia de una conexión emocional genuina. En definitiva, la película plantea preguntas interesantes, pero no ofrece respuestas fáciles ni profundiza lo suficiente en las motivaciones y emociones de los personajes.

A pesar de sus imperfecciones, “Su otro amor” es una película digna de ser vista para aquellos interesados en explorar los matices de las relaciones humanas y los desafíos que enfrentan las familias modernas. No es un drama apasionante, pero sí un estudio reflexivo sobre la complejidad del amor, la confianza y la búsqueda de la felicidad.

Nota: 6/10