Suegros de alquiler. Agencia de engaños 2.0 (2023)

“Suegros de alquiler. Agencia de engaños 2.0” es un ejemplo perfecto de lo que puede resultar cuando se intenta repetir una fórmula exitosa. El primer “Suegros de alquiler” fue un delirio cómico muy efectivo, un pastiche de comedia negra con un humor bastante irreverente y personajes memorables. Este secuela, sin embargo, se siente como una imitación prefabricada, carente de la chispa original y con una ejecución que, lamentablemente, no alcanza el nivel de lo que se esperaba.

La trama, basada en la reactivación de la agencia de mentiras de Greg, es predecible y a menudo se siente forzada. La premisa de tener que buscar “suegros falsos” para impresionar a Flo es divertida al principio, pero rápidamente se vuelve repetitiva y los gags no logran generar el mismo impacto. La dirección de David Zucker, responsable del original, demuestra una familiaridad con la fórmula, pero no la comprende realmente. Hay momentos de humor que funcionan, especialmente cuando se juega con los personajes secundarios, pero en general, el ritmo es irregular y las escenas se alargan innecesariamente.

Las actuaciones son un punto fuerte, sin duda. John Travolta, quien regresó para el papel principal, ofrece un desempeño sólido y disfrutable, demostrando su versatilidad para papeles cómicos. Maggie Q también brilla en su papel de Flo, aportando un aire de sofisticación y desconfianza al personaje. Sin embargo, el reparto secundario, que a menudo funciona mejor, se ve subutilizado. Los padres de Greg, interpretados por Harvey Keitel y Barbara Hershey, tienen potencial para ser personajes más complejos y divertidos, pero su desarrollo es limitado y reducen su impacto cómico. El conflicto familiar, en teoría, podría haber sido mucho más interesante.

El guion, que es la principal debilidad de la película, rehúye la originalidad y se apega demasiado a los clichés del género. Las situaciones absurdas abundan, pero rara vez son realmente graciosas. El humor se basa en juegos de palabras fáciles y situaciones exageradas, en lugar de construir personajes memorables o explorar temas más profundos. Se intenta parodiar a las películas de mentiras y engaños, pero en lugar de ofrecer una crítica inteligente, simplemente se limita a reproducir los tropos más comunes del género. El tono es demasiado inconsistente, pasando de la comedia negra a situaciones más ligeras de manera abrupta, desconcertando al espectador.

En definitiva, “Suegros de alquiler. Agencia de engaños 2.0” es una película que decepciona. Si bien mantiene algunos elementos del original, carece de la inteligencia y el ingenio que la hicieron tan popular. Es un entretenimiento ocasional, pero no es nada más que un recuerdo barato de una película que fue mucho mejor en su primera iteración.

Nota: 6/10