“Sully” de Todd Phillips es un hito cinematográfico, no por su espectacularidad visual, sino por la cautivadora manera en que rescata una historia real de heroísmo y valentía. La película se centra en la figura de Chesley “Sully” Sullenberger, un piloto de American Airlines que, en un inesperado y aterrador incidente en 2009, logró salvar a todos los pasajeros y tripulantes de un vuelo que se estrellaría si no hubiera tomado decisiones audaces y rápidas. Phillips logra construir un relato lleno de tensión, pero también de humanidad, que se aleja de la glorificación del héroe para profundizar en la incertidumbre y el peso moral de las decisiones tomadas bajo presión extrema.
La dirección de Phillips es precisa y, a menudo, casi documental. Se evita el melodrama barato, optando por una narrativa lineal que se aferra a la veracidad de los hechos, utilizando el montaje para mantener la tensión y la sensación de inminente peligro. La película se centra en el presente, en los días inmediatamente posteriores al accidente, mostrando el interrogatorio de los investigadores, la revisión de las grabaciones de vuelo y, fundamentalmente, el proceso de duelo interno de Sullenberger. Es una estrategia que funciona a la perfección, permitiendo al espectador comprender la complejidad de la situación y el impacto emocional de los eventos.
Tom Hanks ofrece una interpretación sublime como Sully. La actuación es palpable, transmitiendo no sólo la capacidad técnica del piloto, sino también su incredulidad, su dolor y su remordimiento. Hanks evita cualquier gesto pomposo, mostrando un Sully vulnerable, un hombre que se enfrenta a sus propias dudas y a la posibilidad de haber cometido un error. La química entre Hanks y Jeff Daniels, quien interpreta al abogado de la familia de la víctima, es otro punto fuerte de la película, construyendo un diálogo inteligente y lleno de matices que explora las diferentes perspectivas de la tragedia.
El guion, adaptado del libro escrito por Sullenberger y su esposa, Laura, es excelente. La tensión no se basa en efectos especiales o persecuciones, sino en el ritmo de la narrativa, en la incertidumbre de las decisiones tomadas y en el peso emocional de la historia. La película evita simplificaciones y presenta una visión realista de la tragedia, mostrando los dilemas éticos y las consecuencias de las acciones de Sully. La voz en off de Sully, narrando los hechos desde su propia perspectiva, permite al espectador conectar de manera profunda con el personaje y comprender el significado de sus decisiones.
Sin embargo, es importante reconocer que la película, en su búsqueda de la veracidad, a veces sacrifica el drama. La complejidad de la situación se reduce a la narrativa de un “héroe que salva a todos”, y si bien la película explora las dudas de Sully, no profundiza lo suficiente en las consecuencias emocionales para las familias de los pasajeros. No obstante, “Sully” es una película honesta, conmovedora y, en última instancia, un tributo a la valentía humana y a la capacidad de tomar decisiones difíciles bajo presión.
Nota: 8/10