Super Mario Bros (1993)

“Super Mario Bros. El Reino Champiñón” no es simplemente una adaptación de un videojuego icónico; es una experiencia cinematográfica que, si bien carece de una profundidad emocional que se esperaría de una narración de este calibre, ofrece una diversión visual y un espíritu nostálgico que son, en última instancia, lo que hace que la película sea atractiva. Ilene Kennedy, director/codirector, ha logrado capturar la esencia vibrante y el diseño artístico original del universo de Mario, y el resultado es una inmersión visualmente impactante, una oda a la cultura pop y, en general, un espectáculo para los ojos.

La dirección es inteligente, priorizando la acción y la aventura, aunque a veces con un ritmo un poco errático. Las secuencias de plataformas son particularmente impresionantes, recreando fielmente el movimiento y la física del videojuego de forma que resulta sorprendentemente realista y emocionante. Sin embargo, es inevitable sentir que el filme se aferra demasiado a la fidelidad visual, sacrificando a veces la fluidez narrativa. Algunas de las escenas de acción, aunque espectaculares, se sienten desprovistas de una verdadera tensión dramática. El uso del CGI es, en su gran mayoría, impecable, pero a veces puede sentirse un poco sobrecargado, especialmente en las escenas de batalla contra los Koopas.

Las actuaciones son, en general, decentes, aunque la mayoría del elenco, encabezado por Chris Pratt, se limita a interpretar personajes caricaturescos y poco desarrollados. Pratt, como Mario, entrega una interpretación genérica y carente de matices, buscando la simpatía del espectador sin lograr un verdadero impacto emocional. Jack Black, como Bowser, es, sin duda, el personaje más interesante y el que ofrece la mayor dosis de entretenimiento, gracias a su interpretación exagerada y su humor torpe. El resto del reparto, compuesto en su mayoría por actores desconocidos, se limita a cumplir su papel sin aportar nada significativo a la trama.

El guion es, quizás, el punto más débil de la película. La historia es superficial y predecible, siguiendo un modelo narrativo bastante estándar de "aventuras épicas" con toques de fantasía. Se sienten las prisas en la construcción de personajes y en la presentación de la trama. Se intentan incorporar algunos elementos de humor y referencias al universo de Nintendo, pero la mayoría de ellos resultan ser forzados y poco efectivos. Se siente la falta de un núcleo emocional que conecte con el espectador, lo que dificulta la inmersión en la historia. Se recurre a clichés y a situaciones inverosímiles que, en lugar de sorprender, frustran.

No obstante, hay que reconocer que la película logra evocar recuerdos y sensaciones asociadas al videojuego original, transportando al espectador a un mundo de colores vibrantes, personajes entrañables y desafíos divertidos. El espíritu de aventura y la promesa de un viaje lleno de sorpresas son elementos que, sin duda, atraerán a los fans del juego y a aquellos que buscan una experiencia cinematográfica ligera y entretenida. Sin embargo, para aquellos que buscan una narrativa más profunda y un desarrollo de personajes más complejo, “Super Mario Bros. El Reino Champiñón” podría resultar decepcionante.

Nota: 6/10