Super Wombat (2020)

“Super Wombat” es una de esas películas que te obliga a preguntarte si se le está tomando la del pelo, pero que, paradójicamente, te engancha con una sinceridad sorprendente. La película, una comedia de acción australiana, no pretende ser una simulación de rigor cinematográfico; es un guiño irónico y, a veces, descaradamente absurdo a los tropos de los superhéroes, utilizando el improbable escenario de una wombat transformada en Wonder Woman. Y en ese giro inicial, reside gran parte de su encanto.

La dirección de Dave Cecil es deliberadamente minimalista. Se centra en crear una atmósfera de comedia física y en resaltar el contraste entre la apariencia terrenal de Maggie Diggins, interpretada con una naturalidad admirable por Claire van der Velde, y su inesperada capacidad para volar y lanzar bolas de tierra como si fueran rayos láser. Cecil no se preocupa por efectos especiales deslumbrantes, sino que se apoya en la comedia física, el slapstick inteligente y en la utilización del paisaje australiano, una especie de desierto surrealista, para amplificar lo ridículo de la situación. La banda sonora, con su mezcla de música electrónica y folk australiano, refuerza la sensación de una realidad alternativa, ligeramente fuera de lugar.

Las actuaciones son sólidas. Claire van der Velde ofrece una interpretación matizada de Maggie, una wombat resistente, asustada y, al mismo tiempo, sorprendentemente digna de admiración. La química entre ella y el resto del reparto, especialmente con Sam Neill como el excéntrico y siempre cuestionable alcalde de la ciudad, es palpable y contribuye a la atmósfera humorística. Neill aporta una dosis de humor seco y una dignidad sorprendente al interpretar a un político corrupto que, inexplicablemente, se convierte en el mejor amigo de nuestra heroína. La película se beneficia del talento de actores que no buscan la grandilocuencia, sino que se deleitan en la torpeza y el absurdo de la situación.

El guion, aunque sencillo en su planteamiento, consigue mantener el interés gracias a su irreverencia y su capacidad para explorar temas como el heroísmo, la responsabilidad y el deseo de ser aceptado. No se toma la comedia demasiado en serio, y la película se permite ser abiertamente ridícula en numerosas ocasiones. Sin embargo, debajo de esa capa de humor, hay una reflexión, aunque indirecta, sobre cómo las personas, incluso las wombats, pueden encontrar el valor interior para hacer el bien. La trama es predecible, pero la ejecución es lo que realmente distingue a “Super Wombat”. La película abraza el cliché del héroe accidental, pero lo desmitifica a través de la lente del absurdo, logrando un efecto refrescante y sorprendentemente entretenido.

En definitiva, “Super Wombat” es una comedia de acción fresca, irreverente y con un gran sentido del humor. No es una obra maestra, pero sí una película agradable y divertida, que ofrece un escape cómico y, a su manera, una pequeña reflexión sobre el heroísmo.

Nota: 7/10