Supercañeras: El internado puede ser una fiesta (2007)

“Supercañeras: El internado puede ser una fiesta” es una comedia que, a pesar de sus defectos evidentes, logra ofrecer un entretenimiento ligero y, en algunos momentos, sorprendentemente ingenioso. La película, ambientada en el exclusivo y decadente St Trinian's, se sumerge en una premisa bastante divertida: un internado al borde de la ruina que se niega a renunciar a su espíritu libre y rebelde. La situación, impulsada por la llegada de un ministro de educación (interpretado con una elegancia casi paródica por Colin Firth) que busca modernizar la institución, desencadena una serie de situaciones cómicas y personajes memorables.

La dirección de las escenas de comedia es, en general, efectiva. Hay momentos que aprovechan al máximo el contraste entre la pomposidad de la burocracia educativa y la franqueza desinhibida de las estudiantes. Sin embargo, la película cae en algunos estereotipos y situaciones previsibles. El ritmo, a veces, se tambalea, con algunas escenas alargadas innecesariamente y otras que se sienten apresuradas. No obstante, la coreografía de las escenas de baile y los vestuarios exuberantes, claramente inspirados en la original “St Trinian’s”, son visualmente atractivos y contribuyen al ambiente general de la película.

Las actuaciones son un punto fuerte. Rupert Everett, como la administradora Camilla Frittan, ofrece una interpretación brillante, personificando a la perfección la actitud altanera y el desdén por la autoridad. Su química con los otros actores es palpable, generando momentos de humor muy efectivos. El resto del reparto, compuesto por un grupo de jóvenes actores prometedores, cumple con creces. Particularmente me llamó la atención el papel de la líder de las “supercañeras”, interpretado por una joven actriz con una presencia destacada. La película cuenta con un talento considerable en sus filas, lo que sugiere un futuro brillante para estos jóvenes actores.

En cuanto al guion, se observa una mano segura, aunque con margen de mejora. La trama es sencilla pero funciona, ofreciendo un equilibrio entre la comedia, la acción y el desarrollo de los personajes. No obstante, el diálogo, a veces, resulta un poco artificial y recargado de referencias a la cultura pop de los años 60. Se intuye un deseo de homenajear la original “St Trinian’s”, pero sin duda, lo que debería haber sido un elemento de fuerza, termina siendo, en ocasiones, un obstáculo para la fluidez narrativa. El humor es a veces demasiado dependiente de la ironía y el sarcasmo, lo que puede resultar un poco cansino. Podría haber beneficiado de una mayor exploración de las motivaciones de algunos personajes y de un tratamiento más sutil de algunos temas subyacentes.

Nota: 7/10