“Superlópez” no es una película para hacerse esperar. Desde el primer segundo, nos sumerge en un universo absurdamente divertido y lleno de delirios, planteando una premisa tan peculiar como inmediatamente atractiva: un ser extraterrestre, Jo-Con-Él, que nace en un planeta lejano y termina siendo adoptado por una pareja de contables en Barcelona. La película, dirigida con una absoluta libertad por Óscar Jacaré, no se toma absolutamente nada en serio, y esa es precisamente su mayor virtud. No busca la espectacularidad visual ni el tono épico, sino que se adentra en la comedia pura y dura, abrazando un humor que, a primera vista, podría parecer infantil, pero que en realidad se sustenta en la observación agudísima de la banalidad y las frustraciones de la vida cotidiana.
La dirección de Óscar Jacaré es magistral en su manejo del ritmo y la puesta en escena. La película transita con fluidez entre la vida normal de Juan López, un contable con problemas de pareja y un jefe pedante, y las aventuras de Superlópez, un héroe que, a pesar de sus poderes, se ve constantemente a la deriva, atrapado en una existencia donde el destino parece conspirar constantemente para impedirle usar sus habilidades. Las secuencias de acción son cómicas, exageradas, y lejos de ser impresionantes, se centran en el ridículo y la torpeza, lo que resulta tremendamente efectivo. Jacaré no busca la perfección, sino la autenticidad de la situación, y en ello triunfa.
La interpretación de Hugo Silva como Juan López es un acierto total. Silva logra transmitir la exasperación, la inseguridad y la frustración de un hombre que se siente atrapado en una vida que no es la suya, y que, a pesar del poder que posee, no sabe cómo utilizarlo. Su química con Irene Ferández, que interpreta a Luisa Lanas, es absolutamente hilarante, creando un dúo cómico memorable. Fernández, por su parte, se entrega a la función con una energía contagiosa, interpretando a una mujer dominante, manipuladora y, a la vez, vulnerable. Aunque la película se centra en la pareja López, el resto del reparto, incluyendo a los personajes secundarios, aporta matices y detalles que enriquecen la historia.
El guion, coescrito por Oscar Jacaré y Hugo Silva, es el corazón de la película. Se basa en situaciones absurdas y diálogos ingeniosos que se mantienen a lo largo de la narrativa. Aunque la premisa pueda sonar descabellada, la película la maneja con una lógica interna que resulta sorprendente. El humor no es fácil de digerir para todos, puesto que se basa en la ironía, la exageración y el humor negro. Sin embargo, aquellos que estén dispuestos a dejarse llevar por el absurdo y la irreverencia, disfrutarán enormemente de la experiencia. “Superlópez” no pretende ser una película de superhéroes tradicional; es una comedia peculiar, inteligente y, en definitiva, muy divertida.
Nota:** 8/10