Superman: Sin límites (2013)

“Superman: Sin límites” no es simplemente otra película de superhéroes de animación; es una incursión audaz y, en algunos aspectos, sorprendentemente ambiciosa dentro del universo DC. La película, a pesar de no alcanzar la perfección, logra construir una narrativa convincente y ofrece un Superman que, para muchos, podría resultar más cercano a la esencia de sus orígenes en los cómics que las versiones más teatrales vistas en el pasado. La trama central, con la miniaturización de la ciudad de Krypton, es un recurso narrativo interesante que permite explorar la escala del poder de Brainiac y, al mismo tiempo, generar un sentido de urgencia y peligro inmediato.

La dirección de Peele, en su debut en la dirección de películas, se distingue por un uso magistral del color y la composición, creando escenas visualmente impactantes que evocan la fragilidad y la grandeza de Krypton. La película se apoya fuertemente en la estética de un mundo desmoronándose, con efectos visuales que no solo son impresionantes, sino que también transmiten la angustia y la desesperación de la población kriptoniana. La animación, en general, es de altísima calidad, con detalles minuciosos en los diseños de los personajes y las escenas de acción. Sin embargo, hay momentos, especialmente en algunas de las escenas más complejas de CGI, donde la animación parece un poco menos fluida, una pequeña imperfección que distrae en algunos momentos.

La película se beneficia considerablemente de la interpretación de David Corenswet como Superman. Corenswet logra encapsular la moralidad inquebrantable del personaje, pero también su vulnerabilidad y sus dudas, elementos que a menudo se pasan por alto. La relación entre Superman y Supergirl, interpretada por Amy Adams, es el corazón de la película. No se trata de una simple dinámica de “hermano mayor” que trata a su hermana menor; la película explora la compleja dinámica de dos individuos que luchan por comprenderse y apoyarse mutuamente, a pesar de sus diferentes perspectivas y experiencias. La química entre Adams y Corenswet es genuina y conmovedora. El resto del reparto, incluyendo a Briana Cuyler como Lois Lane, aporta también su peso a la narrativa, aunque sus roles son más secundarios.

En cuanto al guion, aunque la película no evita los clichés del género, logra mantener un ritmo constante y un nivel de tensión sostenido. La amenaza de Brainiac es palpable desde el principio, y la película explora las motivaciones del villano con una profundidad sorprendente. Sin embargo, la película se siente a veces un poco apresurada en la presentación de ciertos elementos, y algunos diálogos podrían haberse afinado. La resolución de la trama, aunque satisfactoria, podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo en la construcción del clímax. En definitiva, “Superman: Sin límites” es una película de superhéroes bien hecha, con un enfoque interesante en la relación entre los protagonistas y un estilo visualmente impresionante, aunque no sin algunas fallas menores.

Nota: 7/10