Superpoli en Las Vegas (2015)

‘Superpoli en Las Vegas’ es, en su esencia, una comedia de acción con un toque de torpeza que nos devuelve a las bases del universo de Paul Blart. Chris Pratt, como siempre, se reinventa a sí mismo como el guardias de seguridad más preparado de la ciudad, aunque esta vez con un giro interesante: su hija, Maya, se prepara para comenzar sus estudios universitarios, lo que le obliga a acompañarla a una expo de seguridad en Las Vegas. La premisa, aunque predecible, funciona como el motor de una película que, en definitiva, busca el entretenimiento fácil y la risa sonora, y en ese cometido cumple, aunque con un nivel de sofisticación limitado.

La dirección de Steve Carr y Jon M. Hayes es competente, si bien carece de audacia. Se mueven con soltura en la construcción de las situaciones cómicas, y logran mantener el ritmo frenético de la película. Sin embargo, la película carece de un estilo visual distintivo. Las escenas de acción, aunque numerosas, no destacan por su originalidad o creatividad, repitiendo patrones visuales que se repiten en todo el metraje. Hay momentos de juego con la cámara y efectos especiales que, aunque sin pretensiones, ofrecen algunos destellos de diversión.

El reparto secundario está repleto de nombres conocidos, y cada uno de ellos, a su manera, contribuye a la comedia general. Andy Garcia ofrece un contrapunto interesante como el jefe rival de Blart, y el siempre entrañable Eugene Levy aporta un toque de humor agridulce al ser el padre de Maya. Sin embargo, el núcleo del entretenimiento reside, como es lógico, en la actuación de Chris Pratt. Pratt, una vez más, domina el papel de Blart, dando vida a un personaje entrañable y ligeramente fuera de lugar, que personifica la idea de un héroe accidental. Su torpeza, su optimismo inquebrantable y su innegable habilidad en materia de seguridad son las claves para mantener al público enganchado.

El guion, escrito por Jon Lucas y Ryan Murphy, se basa en la fórmula probada de ‘Superpoli’, recurriendo a situaciones absurdas y diálogos ingeniosos, aunque no particularmente memorables. La trama, centrada en un atraco a un casino y la necesidad de Blart de demostrar sus habilidades, es lo suficientemente sólida como para sostener la comedia, pero carece de profundidad y complejidad. La integración de la dinámica familiar, con la separación inminente de Blart y Maya, añade una capa emocional al relato, aunque su impacto narrativo es limitado. Se permite un desarrollo de personajes periférico, lo que permite ver un poco más de la vida de Maya y el complicado equilibrio entre el padre y la hija. El humor, en general, es del tipo “degrado”, con situaciones que podrían considerarse políticamente incorrectas por algunos espectadores, sin llegar a ser ofensivas, sino más bien a un humor exagerado.

En definitiva, ‘Superpoli en Las Vegas’ es un entretenimiento ligero y sin pretensiones, ideal para una noche de cine en familia o para aquellos que buscan una comedia fácil y accesible. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple su cometido y ofrece un buen rato.

Nota: 6/10