Sur le seuil (2003)

“Sur le seuil” (Sobre el umbral) no es una película que se disfruta, sino una que se experimenta. La dirección de André Sollod es metódica, casi quirúrgica, construyendo un atmósfera de inquietud y paranoia que se instala en el espectador desde los primeros minutos. No se basa en sustos fáciles ni en jump scares, sino en la acumulación lenta y constante de detalles inquietantes que provocan una sensación de incomodidad profunda y persistente. La película, ambientada en un entorno rural canadiense, se siente fría, húmeda y desolada, reflejando a la perfección el estado mental del protagonista y, en general, el tono opresivo de la trama.

Albert Millaire ofrece una interpretación magistral como Dr. Paul Lacasse. Su personaje no es un héroe clásico, sino un hombre atormentado por sus propios demonios, un psiquiatra que se ve arrastrado a un caso que parece no tener salida. Su actuación está cargada de sutileza, transmitiendo con precisión las dudas, el miedo y la desesperación de un hombre que se acerca peligrosamente a la locura. La química entre Millaire y Patrick Huard, quien da vida al escritor Thomas Roy, es fundamental para el éxito de la película. Roy no es un villano, sino una figura enigmática, un hombre complejo y perturbador cuya historia se va revelando gradualmente. Huard logra transmitir esa complejidad, ese aura de peligro inminente que rodea a Roy, haciendo que el espectador se cuestione la verdadera naturaleza del escritor.

El guion, escrito por Sollod y Marie-Claude Plante, es lo que realmente eleva a "Sur le seuil" por encima de la simple fórmula de suspense. Es inteligente, elaborado y llena de giros inesperados que desafían la lógica y la percepción del espectador. La trama se desarrolla de manera orgánica, tejiendo una red de secretos y mentiras que se desentrañan a medida que avanza la investigación. La película se basa en la ambigüedad y la sugerencia, dejando muchas preguntas sin respuesta y forzando al espectador a interpretar y sacar sus propias conclusiones. La tensión no proviene solo del misterio central, sino también de la lucha interna del Dr. Lacasse con sus propias dudas y traumas. El uso del simbolismo, especialmente relacionado con la puerta y el umbral, es efectivo y contribuye a la atmósfera sombría y opresiva de la película.

Sin embargo, la película tiene un ritmo lento que podría resultar tedioso para algunos espectadores. La insistencia en la atmósfera de suspense puede ser un tanto agotadora y requiere una gran paciencia por parte del público. Además, el final, aunque satisfactorio desde el punto de vista de la resolución del misterio, podría resultar algo abrupto para algunos.

Nota: 7.5/10