Suzzanna: Malam Jumat Kliwon (2023)

“Suzzanna: Malam Jumat Kliwon” es un ejemplo brillante de cómo el horror indonesio puede ser a la vez visceral y deliberadamente inquietante. Dirigida por Teddy Kurniawan, la película se sumerge profundamente en el folclore javánico, ofreciendo una experiencia cinematográfica que trasciende lo puramente lúgubre para convertirse en una reflexión sobre la venganza, el linaje familiar y la persistencia del trauma. La atmósfera opresiva, construida a través de la cinematografía de Guntur Bumi y la banda sonora omnipresente, genera un constante estado de tensión que, incluso en las escenas menos explícitas, te mantiene al borde del asiento.

El núcleo de la película reside en el personaje de Suzzanna, interpretado magistralmente por Sarah Sheza. Su actuación es notablemente sutil pero increíblemente impactante. No se trata de una actuación dramática llena de histrionismo, sino de una transmisión constante de ira, frustración y un profundo dolor ancestral. Se nota en cada mirada, en cada movimiento, en la manera en que Suzzanna interactúa (o intenta interactuar) con los personajes vivos. Ella no es simplemente un fantasma vengativo; es un espectro atrapado en un ciclo de violencia, incapaz de escapar de su pasado y atormentada por la pérdida de su bebé. La película logra que sientas su sufrimiento y comprendas su necesidad de justicia, a pesar de la brutalidad de sus acciones.

El guion, aunque a veces predecible en su estructura, logra mantener un ritmo constante. La idea de la maldición transmitida a través de generaciones y la conexión entre la vida y la muerte de Suzzanna con el nacimiento de su hijo son elementos centrales que se exploran de manera efectiva. Si bien la resolución final puede sentirse un poco apresurada para algunos, la película dedica tiempo suficiente para construir la complejidad del conflicto familiar y el peso del pasado. No se intenta sorprender con giros argumentales complejos, sino que se centra en la construcción de un entorno amenazante y el desarrollo emocional de los personajes, con especial énfasis en la protagonista.

Una de las fortalezas más importantes de "Suzzanna" es su ambientación. La película se despliega en un entorno rural indonesio, con sus casas tradicionales, sus calles polvorientas y sus paisajes exuberantes. Este entorno no es solo un telón de fondo; se convierte en un personaje en sí mismo, impregnado de la energía ancestral y la posibilidad de la intrusión sobrenatural. La película no busca efectos especiales o maquetas digitales; en cambio, confía en la atmósfera, en la música y en la sugestión para crear una sensación de malestar y terror genuino. El uso de la luz y la sombra, la manipulación del sonido y la planificación meticulosa de cada escena contribuyen a que la experiencia sea memorable y perturbadora. En definitiva, "Suzzanna: Malam Jumat Kliwon" es un ejemplo sobresaliente del género, que merece ser visto por aquellos que buscan una experiencia de terror auténtica y arraigada en la cultura.

Nota: 7/10