Tacones lejanos (1991)

“Tacones lejanos”, la última película de Icíar Mirella, es una obra coral que se instala en el corazón de un pueblo de montaña y en las profundidades de la memoria familiar. La película, que a menudo se describe como una "comedia negra", se revela como algo mucho más complejo y, en última instancia, melancólico. No es una historia de humor fácil, sino una exploración sombría de secretos, envidias y la persistencia del pasado en molduras familiares.

La película se centra en Rebeca (Victoria Abril), una mujer marcada por el dolor y la soledad tras la repentina muerte de su marido. Su regreso a su tierra natal, al pueblo donde creció y donde su madre, Becky del Páramo (Marisa Paredes), sigue siendo una figura legendaria, se convierte en un catalizador para desenterrar un pasado cargado de rencores. La actuación de Abril es, sin duda, el corazón palpitante de la película. Su Rebeca es una mujer dura, con una mirada cansada y un interior tormentoso. Abril no se limita a interpretar un papel; la encarna, transmitiendo la fragilidad y la rabia de una mujer que ha perdido la fe en el amor y en la justicia.

Marisa Paredes, como Becky del Páramo, ofrece una interpretación absolutamente magistral. La transformación que experimenta la actriz, pasando de una diva deslumbrante a una drag-queen nocturna, es visualmente impactante y sirve para revelar la dualidad de la mujer: su aura de glamour ocultando un corazón roto y una naturaleza manipuladora. La dirección de Mirella ha sabido, además, generar un ambiente palpable de misterio y tensión, utilizando los paisajes áridos y desolados de la sierra para amplificar el drama y el sentimiento de aislamiento. El vestuario, la música y la fotografía contribuyen a la atmósfera opresiva y sugerente que impregna la película.

El guion, aunque a veces resulta un tanto fragmentado y con un ritmo irregular, logra mantener el interés del espectador gracias a la riqueza de sus personajes secundarios. Las interacciones entre ellos, llenas de miradas fulminantes y silencios incómodos, revelan las capas de resentimiento y las pequeñas traiciones que han marcado la vida del pueblo. La trama principal, centrada en el asesinato de marido de Rebeca, se convierte en un pretexto para explorar las dinámicas de poder dentro de la familia y la manera en que el pasado puede resurgir para atormentar al presente. La banda sonora, principalmente compuesta de música folclórica y melodías melancólicas, acentúa el tono de la película, creando un ambiente de añoranza y pérdida.

Sin embargo, la película no está exenta de defectos. Algunos diálogos son expositivos y la resolución final podría resultar demasiado abrupta. No obstante, “Tacones lejanos” es una obra cinematográfica valiosa, que invita a la reflexión sobre el peso de la historia familiar, la naturaleza del amor y la dificultad de escapar del pasado. Es una película que, una vez vista, te queda en la memoria como un eco persistente.

Nota: 7/10