Taxi 2 (2000)

“Taxi 2” es, en su esencia, una explosión de adrenalina y acción pura, un retorno a las raíces de lo que hizo grande a la saga original. Pierre Morel, a diferencia de Luc Besson, opta por un enfoque más realista y tenso en la dirección, alejándose de la estética hiper-colorida y la banda sonora synthwave que definieron las primeras entregas. Se siente menos como una película de acción francesa grandilocuente y más como una película de policías en apuros con un toque internacional, lo cual, en mi opinión, es un cambio de ritmo y, para muchos, un acierto.

La trama, aunque simple, funciona gracias a la tensión constante que Morel consigue generar. La secuestro del ministro de Defensa japonés y el secuestro de Petra, la novia de Emilien, proporcionan un impulso narrativo sólido que alimenta la necesidad de rescate. La amenaza yakuza, liderada por un hombre implacable con un pasado oscuro, añade una capa de peligro tangible. El guion, a pesar de sus momentos de previsibilidad, se beneficia de su enfoque en la velocidad, la planificación y la improvisación del protagonista, Daniel. Sus escapadas a bordo de su Peugeot 406 son pura poesía cinematográfica, un ballet de alta velocidad que demuestra la maestría de Morel en la dirección de acción.

La película se beneficia enormemente de las actuaciones. Vincent Cassel, como Daniel, ofrece una interpretación convincente de un conductor de taxi con un pasado turbulento y un talento innato para la velocidad. Su personaje es complejo, cínico y, a pesar de su actitud desganada, profundamente humano. Alexandra Lamy, como Petra, aporta una elegancia natural y un toque de vulnerabilidad a la trama. La interpretación de la banda sonora en el personaje de Tahei, el jefe de la banda, es igualmente notoria: un matón aparentemente inofensivo, pero con una brutalidad innegable que lo convierte en un villano memorable. La química entre Cassel y Lamy es palpable y contribuye a elevar la calidad de la interacción entre sus personajes.

Sin embargo, “Taxi 2” no es perfecta. La trama se vuelve algo exagerada hacia el final, recurriendo a algunos elementos de tropo que pueden resultar un poco forzados. Además, el ritmo, a pesar de la acción constante, puede resultar desigual. En algunos momentos, la película se ralentiza demasiado, perdiendo la intensidad que caracteriza a la saga. No obstante, la película se salva gracias a la ejecución impecable de las escenas de acción y la atmósfera de peligro palpable que impregna toda la trama. Es una película que, en última instancia, cumple su función: ofrecer un entretenimiento rápido y emocionante, con personajes carismáticos y un protagonista inolvidable.

Nota: 7/10