Taxi 4 (2007)

“Taxi 4” no es precisamente una joya del cine, pero tampoco es una catástrofe absoluta. La película se presenta como una secuela obligada, un intento de revitalizar una saga que, para muchos, ya había llegado a su fin en el tercero. Y, en ese sentido, la entrega de 2006 cumple con su cometido, ofreciendo acción, humor y un par de giros inesperados, aunque con la peculiaridad que ya caracteriza a la franquicia: una premisa absurda y un ritmo frenético que a veces sacrifica la coherencia por la adrenalina.

La trama, centrada en el escape de un peligroso criminal belga, es previsible y, francamente, un poco decepcionante. No obstante, la dirección de Pierre Morel, que se acerca más a un estilo realista que al espectáculo visual excesivo, consigue mantener un cierto nivel de tensión y dinamismo. Hay momentos, especialmente en las persecuciones callejeras, donde la película logra ser efectiva y visualmente interesante, aunque la ambientación, que se desarrolla principalmente en Marsella, no destaca particularmente. La apuesta por la cámara a bordo en algunas de estas escenas añade un elemento de inmersión que, en su momento, puede resultar impactante, aunque la sobreexposición a veces resta calidad a la imagen.

Las actuaciones son bastante decentes, aunque el reparto se ve superado por la propia calidad de la historia. Gerard Depardieu, en el papel del criminal belga, ofrece una interpretación correcta, interpretando con la frialdad y el carisma que le son propios. La dupla protagonista, Jean Dujardin y Luc Besson como Daniel y Émilien, mantienen la química que ha caracterizado a la saga. Dujardin, como siempre, aporta su particular sentido del humor, pero la evolución de su personaje, a menudo, parece forzada para mantener el tono ligero de la película. Besson, por su parte, se ve relegado a un papel secundario, lo cual es una lástima dada su experiencia en el cine.

El guion, como es habitual, se basa en diálogos ingeniosos y situaciones cómicas a veces desfasadas. El humor, en general, es más cercano al slapstick y a los juegos de palabras, que, si bien funcionan ocasionalmente, terminan siendo repetitivos y poco originales. La tensión narrativa se construye a golpes, recurriendo a elementos clásicos del género de acción, como explosiones, tiroteos y persecuciones en coche. Sin embargo, la película no logra profundizar en la construcción de personajes ni explorar las motivaciones de sus acciones, relegando a sus protagonistas a un papel de simples agentes de la ley en una misión de captura.

A pesar de sus fallos, “Taxi 4” ofrece un entretenimiento ligero y rápido, ideal para una noche de cine sin grandes pretensiones. No es una obra maestra, ni siquiera cercana a ello, pero cumple su función de entretener y generar un par de risas. Y, en el contexto de una saga que ha producido algunos éxitos de taquilla, es un resultado aceptable, aunque poco memorables.

Nota: 6/10