Taxi Express (1998)

“Taxi Express”, la película de Luc Besson del 1998, es un frenético torbellino de acción y humor negro que, a pesar de sus evidentes influencias, se mantiene sorprendentemente fresca y estimulante. Si bien no es una obra maestra cinematográfica en el sentido más absoluto, la película logra, gracias a su ambición y a la energía palpable de su dirección, ofrecer una experiencia de ver cine considerablemente entretenida. Besson, conocido por su estética visualmente impactante, se permite ser audaz y desinhibido, y en "Taxi Express" esto se traduce en escenas de persecución memorables y un ritmo implacable que desafía al espectador a mantenerse al día.

La dirección de Besson es, sin duda, el punto más fuerte de la película. La acción no es simplemente coreografiada; se siente orgánica, visceral y, a veces, incluso absurda en su exageración. Hay momentos en los que la cámara parece perderse entre los coches, los taxis y los edificios, creando una sensación de caos controlado. Besson domina la imagen, utilizando la verticalidad de París como un elemento central de la narrativa, transformando la ciudad en un laberinto de persecución. La banda sonora, omnipresente y cargada de sintetizadores, refuerza la atmósfera de tensión y peligro.

Jean Reno, como Jean-Pierre Moreno, encarna con maestría el arquetipo del conductor de taxi con un pasado turbio y un sentido de la justicia retorcido. Su interpretación es pragmática y carente de sentimentalismo, lo que lo hace un personaje creíble a pesar de sus acciones extremas. Gerard Depardieu, por su parte, ofrece una actuación memorable como Emilien, el criminal despiadado y calculador. Depardieu es capaz de transmitir una frialdad aterradora con una mirada, y su carisma innegable añade un elemento de diversión al personaje. La química entre Reno y Depardieu es otro punto a favor, contribuyendo a las escenas de confrontación más memorables.

Sin embargo, el guion, escrito por Besson y Luc Bellet, presenta algunas debilidades. Aunque la premisa es interesante, el desarrollo de la trama es a veces precipitados y las motivaciones de algunos personajes no están del todo claras. Los diálogos, en general, son funcionales pero carecen de profundidad y sofisticación. Además, la película recurre a clichés del género de acción, como el villano con un plan retorcido y el héroe imperfecto, lo que disminuye su originalidad. A pesar de estos defectos, la película logra mantener un alto nivel de tensión y emoción durante la mayor parte de su duración, gracias en parte a su ritmo vertiginoso y a sus espectaculares escenas de acción.

A pesar de sus defectos, "Taxi Express" es un espectáculo visualmente impactante y adrenalizante, que sigue siendo un referente del cine de acción francés de los años 90. La película, a pesar de su falta de originalidad narrativa, logra entretener y sorprender al espectador con su ritmo vertiginoso y sus personajes carismáticos. Es una película que sabe cómo aprovechar al máximo sus elementos más fuertes: la acción y la estética visual. Un buen escape para aquellos que buscan una dosis de adrenalina cinematográfica.

Nota: 7/10