Te quiero, tío (2009)

(EN) · Comedia, Romance · 1h 45m

Busco mamón para romper relación

Póster de Te quiero, tío
Media
6.6 /10

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Sinopsis

Peter Klaven (Paul Rudd) es un joven que vive muy feliz: está de novio con Zooey (Rashida Jones), con quien vive, y es un agente que trabaja en bienes raíces, a pesar de la crisis económica. Su futuro económico depende de la comisión que gane si logra vender una gran mansión del actor Lou Ferrigno. Al momento de casarse, Zooey llama a todas sus amigas para que sean sus damas de honor y Peter a nadie. Así, Peter se da cuenta de que no tiene amigos hombres. Y la boda necesita un padrino. Peter quiere tener suerte con los recomendados de su hermano gay, Robbie (Andy Samberg), con resultados cómicos pero previsibles. Después de fracasar en las citas con los hombres homosexuales, en la casa de Ferrigno conoce a un hombre llamado Sydney Fife (Jason Segel), que no quería comprar la gran mansión, sino que está allí para comer. Peter va rápidamente a proponerle una cita amical a Sydney y poco a poco crece una gran amistad.

Ficha técnica

Título original

Te quiero, tío


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Donald De Line, John Hamburg


Reparto principal de Te quiero, tío

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Te quiero, tío.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Te quiero, tío

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Te quiero, tío. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Sofía Torres
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Te quiero, tío” (We're the Millers) no es, precisamente, una obra maestra cinematográfica. Sin embargo, se trata de una comedia que, con una ejecución sólida y un sentido del humor afilado, logra ofrecer un entretenimiento ligero y, en ocasiones, sorprendentemente efectivo. La película, que a primera vista podría caer en la predictable, se sostiene gracias a la química entre sus protagonistas y una dirección que sabe equilibrar el absurdo con momentos de genuina conexión.

Paul Rudd, como Peter Klaven, encarna a la perfección la desesperación y el optimismo de un hombre atrapado en una situación límite. Su personaje es inherentemente gracioso: un agente inmobiliario ingenuo y obsesionado con el éxito, que se ve forzado a asumir un papel que no le corresponde y a formar una familia improvisada. Rudd aporta una energía contagiosa a la pantalla, y su interpretación logra que el espectador simpatice con su personaje, incluso cuando sus acciones son, en cierto modo, ridículas. La actuación de Andy Samberg como Robbie, el hermano gay de Peter, complementa la dinámica de grupo con un toque de sarcasmo y desparpajo que funciona bien.

La dirección de Phil Lord y Christopher Miller, responsables de otras comedias exitosas como “Entre el alma y el cerebro”, es precisa en su manejo del ritmo y la comedia. Se adentran en la locura de la premisa sin perder el equilibrio, y utilizan la ambientación de la película – una casa de campo en las afueras de Denver – para amplificar el efecto cómico de las situaciones. Sin embargo, quizá la película podría haber sido más atrevida en la exploración de las dinámicas familiares y la representación de los personajes secundarios. A pesar de que se barajan expectativas y se rompen estereotipos, la trama principal se mantiene predecible en muchos momentos.

La película se sostiene gracias a la excelente composición del reparto. Jason Segel, como Sydney Fife, aporta un contrapunto interesante a la personalidad de Peter, y su relación evoluciona de una forma creíble y divertida. El humor de la película se basa en la sorpresa y la exageración, y a veces el guion recurre a clichés de la comedia, pero la mayoría de las escenas son memorables. La banda sonora, con canciones populares de los 80, también contribuye al ambiente festivo y desenfadado de la película.

En definitiva, “Te quiero, tío” es una comedia que, aunque no revolucionará el género, ofrece un rato entretenido y agradable. Es un ejemplo de cómo, con un buen equipo y un guion sólido, se puede crear una película divertida que se quedará en la memoria del espectador. Su éxito reside, en parte, en la habilidad de conectar con el público a través de situaciones cotidianas y personajes con los que es fácil identificarse.

Nota: 7/10

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