Ted 2 (2015)

“Ted 2” es una secuela que, a pesar de su inicial euforia y el deseo palpable de regresar al universo de Ted, se queda con un sabor un poco agridulce. Seth MacFarlane, como siempre, vuelve a asumir el papel de guionista y director, demostrando su innegable habilidad para crear un personaje central absurdamente entrañable, pero también, en algunos momentos, exasperantemente similar a sí mismo. La película intenta expandir el universo de Ted, explorando la complicada dinámica de la paternidad, la identidad legal y la lucha por los derechos individuales, temas que, aunque con un toque de humor característico, no siempre se abordan con la profundidad que se esperaría.

La dirección de MacFarlane es, como siempre, dinámica y llena de referencias al universo de animación de DreamWorks. Se aprovecha al máximo la animación CGI para dar vida a Ted, que es, sin duda, el corazón de la película. Su voz, interpretada por MacFarlane, sigue siendo la joya de la corona, con sus diálogos sarcásticos, su torpeza infantil y su capacidad innata para conectar con el público. Sin embargo, la película se diluye a veces en un exceso de gags y referencias, lo que puede resultar repetitivo y desmotivar al espectador. Afortunadamente, las actuaciones complementarias, especialmente la de John Goodman como John, aportan un contrapunto de ternura y madurez a la locura de Ted.

El guion, aunque intenta abordar cuestiones sociales relevantes, se siente a veces superficial. La lucha legal de Ted y John para demostrar su humanidad es un elemento central, pero se presenta de forma algo simplificada y caricaturesca. Hay momentos genuinamente cómicos y emocionantes, como la escena en la que Ted intenta desesperadamente aprender a leer, pero también hay pasajes que se sienten forzados y poco convencidos. El tema de la identidad legal, aunque planteado, no se explora con la sutileza que podría haber elevado la película a un nivel superior. Se limita a ser un vehículo para la comedia, lo que reduce el impacto de la premisa.

A pesar de sus fallas, “Ted 2” ofrece momentos de puro entretenimiento. La película sabe cómo usar el humor para conectar con el público, especialmente con aquellos que ya están familiarizados con el personaje de Ted. La banda sonora, con canciones originales de MacFarlane, también merece mención, contribuyendo significativamente al tono general de la película. Pero, en definitiva, “Ted 2” es una secuela que no alcanza el nivel de su predecesora. Es divertida, pero carece de la profundidad y la originalidad que la hubieran convertido en una obra realmente memorable. Se queda en un territorio cómodo, pero sin arriesgarse demasiado.

Nota: 6.5/10